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martes, 1 de abril de 2025

¿En qué idioma piensas?

El otro día un alumno me preguntó en qué idioma pienso, y mi respuesta (como es habitual) fue que depende. Cuando llegué a Estados Unidos solía pensar siempre en español pero ahora, que ya llevo más de 10 años viviendo aquí, hay muchas veces que pienso en inglés. La situación en la que me encuentro, el tema en el que estoy pensando, y las personas en las que estoy pensando, determinan el idioma en el que pienso.

El discurso interno es lo que una persona se dice a sí misma, el monólogo silencioso que ocurre en su cabeza. Es importante clarificar que no hay diferencias en la frecuencia del discurso interno entre bilingües y monolingües (Sears, 2023). En los estudios con bilingües se ha visto que el discurso interno es más común en primera lengua, pero aquellos expuestos a su segunda lengua más a menudo tienen más posibilidades de tener un discurso interno en ese idioma (Resnik, 2021). Además, los bilingües que tienen más conexiones sociales en su segunda lengua, están más integrados en el país de su segunda lengua, y tienen la intención de quedarse en ese país indefinidamente, tienen más posibilidades de tener un discurso interno en esa segunda lengua (Hammer, 2019).

Mi discurso interno suele ser en español si estoy contando (hacer cálculos en inglés me cuesta) o pensando en mis padres. Sin embargo, suele ser en inglés si estoy preparando mis clases o pensando en Dave. Últimamente he estado escuchando audiolibros en español, lo que me ha hecho pensar en español mucho más. El idioma de mi discurso interno depende de la situación, el tema, y las personas en las que estoy pensando.

Sara Incera, Ph.D.


(Foto de Lori Burkert)




miércoles, 1 de febrero de 2023

¿Cuál es la mejor forma de aprender un nuevo idioma?

Después de dos semanas en España, Dave se suelta a hablar mucho más que después de años estudiando. Utiliza frases y expresiones coloquiales de forma natural que le permiten interactuar y entenderse con aquellos que sólo hablan español, hasta es capaz de pedir las rabas “con limón.” El estar expuesto a una lengua (aprendizaje implícito) ayuda a automatizar frases y expresiones de forma más natural que intentar memorizarlas (aprendizaje explícito).

Se ha visto que los monolingües que viven en contextos lingüísticos diversos (con más gente que habla distintos idiomas) tienen ventajas a la hora de aprender idiomas (Bice & Kroll, 2019). Independientemente de la edad, la forma en la que aprendemos marca lo que sabemos: cuando aprendemos de forma implícita respondemos mejor a tareas de conocimiento implícito y cuando aprendemos de forma explícita respondemos mejor a tareas de conocimiento explícito (Lichtman, 2013). La mayoría de los investigadores han concluido que lo mejor es una enseñanza equilibrada; la forma más eficaz de enseñar una lengua es crear oportunidades para aprender de forma implícita, a la vez que se proporciona instrucción explícita para aspectos clave del idioma (Choo et al., 2012).

Después de unos días en España, Dave usa expresiones y frases que le facilitan mucho la comunicación con aquellos que no saben inglés. Necesitar un idioma para comunicarte es una motivación muy útil para aprender. Cuando Dave tiene que interactuar con mi familia, se suelta mucho más que si no tiene que hacerlo. Aunque el aprendizaje explícito ayuda a afianzar ciertos conocimientos, es importante tener oportunidades de aprender de forma implícita para hablar bien un idioma.

martes, 1 de noviembre de 2022

¿Escribes como tu mentor?

Cuando llegué a Estados Unidos me puse a preparar el “Graduate Record Examination'' (el GRE es un examen que hay que completar para entrar al doctorado). Dave siempre me corregía los textos, por lo que acabé usando muchas de sus expresiones y estructuras lingüísticas. Más adelante me pasó lo mismo con Conor, mi mentor del doctorado. Cuando recibes sugerencias constantes de alguien, la forma en la que escribes se acaba pareciendo a la suya.

Muchos conceptualizan la escritura como una actividad social en la que el texto se ve influenciado tanto por la capacidad y las experiencias del escritor, como por las características de la comunidad en la que escribe (Graham, 2018). Cuando un mentor hace sugerencias sobre la escritura de un alumno, es muy importante ser diplomático. Hay que dar sugerencias sinceras que sean útiles, pero hay que hacerlo con mucho tacto (Carter & Kumar, 2017). Además, aquellos que aprenden inglés como segunda lengua tienen que entender los estándares internacionales de escritura, así como las estructuras específicas que se usan en los textos académicos (Escobar & Evans, 2014).

A veces leo artículos de gente que ha tenido el mismo mentor durante el doctorado y reconozco palabras y expresiones que son típicas de ese grupo de investigación. Probablemente sean expresiones que usa ese mentor y que con los años ha ido inculcando en sus alumnos. Igual que tu forma de hablar se ve influida por las personas que te rodean, tu forma de escribir se ve influida por la gente que te corrige los textos.

lunes, 1 de agosto de 2022

¿Influyen tus amigos en la forma en la que hablas?

Cuando llegué a Estados Unidos la gente me decía que hablaba como Dave. El año anterior lo había pasado en España y Dave había sido la única persona con la que hablaba en inglés, por lo que me pareció normal que se me hubiera pegado su forma de decir las cosas. Sin embargo, hay otras razones por las que es posible que mi forma de hablar se asemeje a la de Dave.

En una conversación entre dos personas, la “convergencia" es el proceso según el cual los hablantes se adaptan el uno al otro. La convergencia fonética se refiere al hecho de que en determinadas circunstancias los hablantes se coordinan hasta acabar sonando parecido. Sin embargo, esta convergencia no siempre se da. Cuando los hablantes tienen distintos dialectos la convergencia es menor que cuando los hablantes tienen el mismo dialecto (Kim et al., 2011). Además, si la actitud del hablante hacia su interlocutor es positiva la convergencia fonética se da en mayor medida (Abrego-Collier et al., 2011). En una investigación con estudiantes universitarios que compartían habitación se vio que los compañeros con una relación más íntima eran los que hablaban de forma más parecida (Pardo et al., 2012).

Aunque Dave no sea la única persona con la que hablo en inglés, puede que mi forma de hablar se parezca a la suya dada nuestra relación. Desde que nos mudamos a Kentucky hemos notado que la forma en la que hablan nuestros amigos nos influye, ya que estamos empezando a utilizar expresiones que se usan en esta zona. Esta claro que los que nos rodean influyen en la forma en la que hablamos.


miércoles, 1 de junio de 2022

¿Es posible traducir sin entender lo que dices?

Mi amiga Šárka es de la República Checa pero vive en Londres. El otro día se le rompió la caldera y su padre (que sólo habla checo) y su amigo (que sólo habla inglés) le ayudaron a arreglarla. Mi amiga no entiende nada de calderas, pero tiene un nivel muy alto tanto de checo como de inglés. Se pasó la tarde traduciendo palabra por palabra, describiendo piezas y herramientas, sin entender lo que decía. Al final arreglaron la caldera.

Para entender una palabra tienes que tener una idea del concepto que esa palabra representa. Las palabras concretas se refieren a cosas tangibles que pueden experimentarse a través de los sentidos, mientras que las palabras abstractas se refieren a conceptos que se entienden con el pensamiento o la imaginación. Aunque las palabras concretas y abstractas activan distintas zonas de la corteza cerebral (Mayer et al., 2017), los conceptos a los que se refieren son compartidos entre los dos idiomas de una persona bilingüe (Francis & Goldman, 2011). Cuando traduces palabras concretas que otra persona te está explicando, es posible describir un objeto sin haberlo visto nunca ni entender cómo o para qué se usa.

Yo he tenido experiencias parecidas ya que tanto mi padre como Dave saben mucho de jardinería. Ha habido veces en que me he pasado un rato traduciendo una conversación que no entendía. Ellos parecían entenderse a través de mí, describiendo herramientas y plantas, pero yo no tenía ni idea de lo que estábamos hablando. Por lo que sí, es posible traducir entre dos personas que se entienden, sin que tú te enteres de lo que dices.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

¿Quién decide cómo se dicen las cosas?

Dave me corrige si me oye decir algo incorrecto en inglés (que es su primera lengua), y yo le corrijo si dice algo que me suena mal en español (que es mi primera lengua). Para nosotros está claro quién es “el experto” en cada lengua, ya que cuando nos conocimos apenas hablábamos el idioma del otro. Sin embargo, en la universidad se puede dar la situación de tener que enseñar a alumnos que ya saben el idioma la forma “correcta” de decir las cosas. La situación se complica en idiomas con muchos dialectos, ya que algunos alumnos puede que hayan aprendido a decir las cosas de otra manera.

El término “hablantes de herencia” (heritage speakers) hace referencia a los bilingües que han aprendido una lengua a través de su familia. En Estados Unidos muchos latinos aprenden español en casa. El desarrollo del lenguaje de los hablantes de herencia es distinto al de los alumnos que aprenden español como segunda lengua (Potowski, Jegerski, & Morgan-Short, 2009). Por ejemplo, hay casos en los que los hablantes de herencia utilizan simplificaciones de la gramática (Montrul & Bowles, 2009). También es importante tener en cuenta los numerosos dialectos utilizados por los hablantes de herencia (Martínez, 2003). Por ejemplo, en EEUU se utiliza “mopar” (que viene de la palabra inglesa "mop" que significa fregona) en vez de “fregar”.

Lo complicado de la situación es que si un profesor no conoce los dialectos usados en la zona, puede indicar a los alumnos que algo “no se dice así” cuando la mayoría de los hablantes de esa comunidad utilizan esa forma de decirlo. Esta situación puede generar confusión, frustración, y ansiedad en los hablantes de herencia. Para poder comunicar información de forma efectiva es importante saber el dialecto de la persona con la que interactúas. Si vas a indicar a alguien la forma “correcta” de decir algo, es importante que sepas a quién corriges y porqué.

lunes, 1 de marzo de 2021

¿Influyen los morfemas en la traducción de palabras?

El 17 de marzo, día de San Patricio, Dave y yo celebramos nuestro aniversario. En el papel donde Dave escribió la versión española de sus votos de bodas (también tenemos la versión en inglés) hay una parte que me llamó la atención: “…Mi vida ha obtenido un nuevo sentido desde que te conozco. Por estas razones, y muchas más, te escojo para que seas mi amiga, mi amante amor, la madre de mis hijos, y mi esposa.” Se ve que alguien le dijo que utilizara la palabra amor en vez de amante.

Los morfemas son las unidades más pequeñas con significado. Los prefijos, infijos, o sufijos son morfemas que sirven para formar palabras derivadas. Al estudiar cómo los morfemas influyen en los que están aprendiendo una segunda lengua, se ha descubierto que los que tienen menos nivel se fijan más en los morfemas que los que entienden mejor el idioma (Casalis, Commissaire, & Duncan, 2014). Al reconocer palabras en tu lengua nativa sueles procesar la palabra entera más rápido que los morfemas que la componen (Giraudo & Orihuela, 2015). Sin embargo, también se ha visto que tanto los monolingües como los bilingües procesan los morfemas al reconocer palabras. Cuando los morfemas son parecidos en los dos idiomas, los bilingües se benefician de la situación y los procesan más rápido (Comesaña et al., 2018).

Aunque las palabras amor y amante tienen la misma raíz, las connotaciones de lo que significan en el contexto de una pareja son bastante distintas. Habría sido un bombazo si Dave me llega a llamar “su amante” en frente de toda mi familia, aunque conociéndolos es probable que les hubiera hecho gracia. Utilizar la raíz de una palabra para entender su significado suele ser razonable, pero hay que tener cuidado porque a veces el significado cambia de forma radical.

martes, 1 de septiembre de 2020

¿Es la risa un tipo de lenguaje?

Durante mi Erasmus me acuerdo de reírme un montón. Tengo recuerdos muy vívidos de estar en Irlanda desternillándome de la risa. No sé de qué nos reíamos, pero sí tengo la impresión de que no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Sobre todo en conversaciones con otros Erasmus para los que el inglés era su segunda lengua, entre la mímica y la falta de sentido que tenían las palabras que intentábamos usar (la mayoría “robadas” de nuestra lengua materna), no había quien se entendiese. Aun así, me acuerdo de que me lo estaba pasando genial.

La risa y el lenguaje humano están muy relacionados. Al hacernos bípedos, los humanos desarrollamos el suficiente control sobre nuestra respiración para poder hablar y reír. La risa es una forma de comunicación no verbal que normalmente resulta en interacciones positivas y cooperativas, es una vocalización social que no es típica en situaciones en las que una persona está sola (
Provine, 2004). Es importante recalcar que el significado de la risa transciende barreras culturales y lingüísticas, ya que reírse es una forma universal de expresar cooperación (Bryant et al., 2016). Además, la forma en que te ríes puede comunicar si tienes un estatus social alto, por ejemplo con una risa dominante y desinhibida, o si tienes un estatus social más bajo, por ejemplo si tienes una risa más sumisa (Oveis et al., 2016).

En mi Erasmus es muy posible que, al no entendernos muy bien, usáramos la risa para sentirnos más unidos. Aunque no sepas lo que la otra persona te intenta contar, si os reis juntos la situación es mucho más divertida. Al principio del año en Irlanda muchos teníamos serias dificultades para comunicarnos, por lo que (sin ser conscientes de ello) es muy posible que usáramos la risa para hacer piña. Reírse es crucial para el bienestar físico y mental, por lo que es importante tener el tiempo y a la gente con la que echarte unas risas.

sábado, 1 de agosto de 2020

¿Utilizas la ironía en tu segunda lengua?


Dave es muy irónico, tiene un humor seco (y bastante negro) que me encanta. Como suele estar muy serio cuando suelta alguna, me hace todavía más gracia. Es una pena que en español se tenga que concentrar tanto en entender y hacerse entender, que no le dé tiempo a ser irónico. A mí también me pasó con el inglés, me costó bastante tener el suficiente nivel para poder utilizar la ironía sin que mi interlocutor se me quedara mirando confundido.

En un nuevo estudio con participantes bilingües, Mehrgol Tiv (@mehrgoltiv) y sus colaboradores han descubierto que el nivel que tienes en una lengua determina cuánto vas a usar el sarcasmo en tu vida cotidiana. Según su análisis los bilingües usan el sarcasmo para las mismas funciones que los monolingües, pero los que dominan más el idioma lo utilizan más frecuentementeEs importante entender que la Real Academia Española define el sarcasmo como una burla sangrienta, ironía mordaz y cruel con que se ofende o maltrata a alguien o algo. Aunque el sarcasmo es un tipo de ironía (una figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice) el sarcasmo se usa con la intención de herir los sentimientos de alguien. A mí me parece que en este estudio los autores utilizan los conceptos de ironía y sarcasmo como sinónimos. La idea es que los que hablan mejor una lengua dicen lo contrario de lo que quieren decir más frecuentemente que los que no la hablan tan bien (Tiv et al., 2020).

Si normalmente eres irónico y en tu segunda lengua no te sale, es como si la gente que te conoce en esa lengua no te conociese del todo. Para poder usar la ironía en tu segunda lengua tienes que tener bastante nivel, la comunicación tiene que ser lo suficientemente fluida para que al decir lo contrario de lo que quieres decir tu interlocutor todavía te entienda. Dave aún no ha llegado a ese nivel en español, pero no tengo ninguna duda de que lo va a hacer y nos vamos a echar unas risas.

miércoles, 1 de julio de 2020

¿Son las letras griegas que se usan en ciencias una lengua extranjera?


Estoy escribiendo un artículo metodológico con mi amiga Amanda, que es profesora en el departamento de matemáticas y estadística de mi universidad. Es un manuscrito bastante distinto a los que suelo escribir, en vez de un experimento con un descubrimiento, estamos describiendo una nueva metodología para el análisis de datos. El artículo incluye páginas de fórmulas escritas con letras griegas, cuando las miro me da la sensación de estar leyendo en una lengua extranjera.

Para poder escribir fórmulas matemáticas en un ordenador se necesita añadir símbolos o usar un teclado especial. En clases online se ha visto que cuando los alumnos tienen acceso a un teclado con símbolos matemáticos la participación aumenta y la comunicación es mucho mejor (ElSheikh & Najda, 2013). También se pueden utilizar bolígrafos digitales que permiten a los alumnos escribir en el ordenador como si estuvieran escribiendo en papel, lo que hace que escribir fórmulas matemáticas sea mucho más sencillo. Usar un bolígrafo digital en una clase online aumenta el nivel de participación de los alumnos (Karal et al., 2013). El hecho de que se necesiten símbolos/teclados/bolígrafos especiales para poder escribir fórmulas matemáticas pone de manifiesto que las letras griegas que se usan en ciencias son una lengua extranjera.  

Aunque en mi artículo con Amanda tengo muy claro el objetivo del análisis, me cuesta entender lo que significa cada fórmula. No estoy acostumbrada a leer esta lengua y alguien me tiene que contar lo que significan los símbolos para ser capaz (con algo de esfuerzo) de asociar las fórmulas con su explicación oral. Esta experiencia me ha hecho preguntarme sobre la mejor forma de enseñar a escribir fórmulas matemáticas. ¿Podría el área de lectoescritura en segunda lengua aportar algo útil?


lunes, 1 de junio de 2020

¿Cómo sabes si una palabra es tabú?


Cuando conocí a Dave mi inglés era pésimo.  Al llegar a Estados Unidos mucha gente me decía que sonaba como él, porque al aprender a hablar con él utilizaba sus giros y expresiones. Dave dice muchos tacos y yo al principio los soltaba con toda naturalidad. No fue hasta que me encontré en situaciones en que la gente me miraba raro (en casa de los abuelos de Dave, en la universidad…) que empecé a notar que algunas palabras no son apropiadas en ciertos contextos.

En un nuevo estudio que acabamos de publicar (Incera et al., 2020) hemos visto que la gente procesa las palabras tabú de forma más intensa en su primera lengua. Cuando hablas en tu segunda lengua las palabrotas no te afectan tanto. ¿Es una cuestión de nivel? ¿Es una cuestión de aprender desde niño/a? ¿Es una cuestión de usar mucho el idioma? Probablemente sean varias cosas a la vez. A mí me parece que cuenta mucho el contexto en el que usas el idioma, sobre todo si estas en situaciones en que la gente te hace saber si lo que dices es apropiado o no. Si usas una segunda lengua lo suficiente, y en un contexto en el que la gente “te mira mal” si metes la pata, acabas sabiendo la forma apropiada de hablar en cada situación.

En tu primera lengua lo vas asimilando desde pequeño, todo tu entorno te enseña lo que puedes decir y lo que no. Sin embargo, en tu segunda lengua tienes que ir aprendiendo sobre la marcha. Yo me di cuenta de lo malhablado que es Dave cuando fuimos a casa de su abuela. Él cambió el registro con mucha naturalidad, yo metí un poco la pata… Sin embargo, he ido aprendiendo y ahora sé exactamente lo que digo, si digo un taco es porque quiero.

miércoles, 1 de abril de 2020

¿Cómo editar un manuscrito en inglés?


Muchos de mis manuscritos son en inglés. Tengo un colaborador cuyo primer idioma es el Farsi y me resulta muy fácil editar lo que escribe. Sin embargo, con mis colaboradoras de la Universidad de Oviedo la cosa cambia, tengo que esforzarme mucho para no pensar en español y poder editar lo que “no suena” del todo inglés. Muchos errores de escritura de bilingües que escriben en su segunda lengua vienen de las estructuras sintácticas y formas de hablar de su primera lengua.

El objetivo de la escritura científica es comunicar información de la forma más clara y concisa posible, evitando grandilocuencias y clichés (Yang, 1995). Muchos investigadores no son nativos ingleses, pero utilizan esta lengua para publicar en revistas internacionales. La transferencia lingüística (el uso de los elementos propios de un idioma al utilizar otro) influye en las estrategias de lectura de las personas bilingües (Lallier & Carreiras, 2018). La combinación específica de las lenguas que hablas determina la forma en que lees y escribes en cada idioma. Por ejemplo, en español las frases tienen una media de nueve palabras más que en inglés (Simpson, 2000). Cuando empecé a escribir en inglés, Dave se pasaba la vida cambiando mis comas a puntos.

En manuscritos escritos por españoles muchos de los errores me suenan bien porque son transferencias de mi lengua nativa. Son errores que yo también podría haber cometido, así que me tengo que esforzar el doble. Para mí es mucho más fácil editar textos escritos en inglés por gente cuyo idioma nativo no es el español. De todas formas, aunque editar el manuscrito sea un poco más difícil, colaborar merece la pena porque investigar con gente de la tierruca es mucho más divertido :D

lunes, 1 de julio de 2019

Faltas de ortografía: ¿no te da de ojo?


El otro día le mandé un email a mi madre sobre el nuevo “garage” que estamos construyendo. Se quedó extrañada y me puso: “garaje la segunda con g... ¿pero no te da de ojo?” En español garaje se escribe la segunda con j y yo, en el pasado, nunca habría cometido una falta de ortografía como esta. Lo curioso es que mi error no ha sido una cosa aleatoria, en inglés garaje se escribe la segunda con g.

En el contexto de la psicología del bilingüismo, transferencia es el uso de aspectos propios de una lengua al hablar en otra distinta. En concreto, la transferencia ortográfica es usar la ortografía de una de tus lenguas cuando escribes en la otra. Cuando una persona sabe leer y escribir en dos idiomas distintos, la ortografía de un idioma puede influir en la forma en la que escribe en el otro idioma (Sun-Alperin & Wang, 2011). Además, se ha visto que el grado de transferencia se basa en lo similares que sean las dos lenguas (Pasquarella, Chen, Gottardo, & Geva, 2014). Cuando hay varias palabras que se parecen, la gente bilingüe tarda más en responder (van Heuven, Dijkstra, & Grainger, 1998). En mi caso, hice una transferencia ortográfica al usar la ortografía inglesa para escribir una palabra en español.

Total que no, que después de ocho años en Estados Unidos no me da de ojo para nada. Mi cerebro no parece recordar que en español esto es una falta de ortografía. Sin embargo, en el momento en que me paro y lo pienso, sí que sé que está fatal. A partir de ahora voy a fijarme más y a usar el corrector ortográfico, sobre todo si son palabras que se parecen pero se escriben de forma distinta. 

sábado, 1 de junio de 2019

¿En qué idioma tuiteas?


Cada vez que escribo un tuit me pregunto, ¿en qué idioma lo pongo? Hay veces en que está claro, cuando tuiteas a alguien en concreto o cuando contestas en un hilo, pero cuando simplemente quieres hacer un comentario la cosa no es tan fácil. En la vida cotidiana el contexto marca el idioma, pero si eres bilingüe en las redes sociales además de lo que dices y cómo lo dices tienes que considerar el idioma en el que lo vas a decir.

Lo que escribes dice mucho sobre ti mismo, hasta el punto de que es posible juzgar el nivel de inestabilidad emocional y de amabilidad de un persona analizando sus tuits (Qiu, Lin, Ramsay, & Yang, 2012). Para decidir el idioma de un tuit tienes que tener en cuenta tu objetivo, en mi caso lo uso más que nada para estar al día con temas de investigación y enseñanza por lo que tuiteo mucho en inglés. También tienes que tener en cuenta a quién va dirigido o quién quieres que se entere, ya que el idioma del tuit va a determinar su audiencia. Además, se ha visto que tuitear es diferente en distintas lenguas, por ejemplo en alemán se usan más etiquetas (hashtags) y en español se usan más menciones (Weerkamp,Carter, & Tsagkias, 2011). Es importante recalcar que la gente bilingüe que usa las redes sociales construye diferentes identidades que son dinámicas y evolucionan con el tiempo (Chen, 2013).

A mí me da la sensación de tener dos tuiters distintos, cada uno en un idioma. Puede que esto se deba, al menos en parte, al hecho de que sigo a gente de dos países distintos, pero puede que el idioma también marque una diferencia. En mi experiencia, la división lingüística define los temas que se tratan y la forma en que se discuten. Aunque a veces no sepas en qué idioma poner un tuit, la ventaja de ser bilingüe es que tienes acceso a ambos mundos.

miércoles, 1 de mayo de 2019

¿Te gustan los trabalenguas?


El otro día Dave y yo estuvimos practicando trabalenguas, tanto en inglés (“If a dog chews shoes, whose shoes does he choose?” “Peter Piper picked a peck of pickled peppers. A peck of pickled peppers Peter Piper picked. If Peter Piper picked a peck of pickled peppers? Where's the peck of pickled peppers Peter Piper picked?”) como en español (“El cielo está enladrillado, quién lo desenladrillará, el desenladrillador que lo desenladrille, buen desenladrillador será”). En seguida nos dimos cuenta que, si los trabalenguas son difíciles en tu primera lengua, en tu segunda lengua son casi imposibles. 

Lo que distingue a un trabalenguas de una frase normal es la repetición de ciertos sonidos. Por ejemplo, en el trabalenguas “Pablito clavó un clavito, ¿qué clavito clavó Pablito?” la confusión viene de repetir los sonidos “bl” y “cl.” Al estudiar el efecto de los trabalenguas con técnicas de neuroimagen (Keller, Carpenter, Just, 2003), se ha visto que no sólo activan áreas del cerebro asociadas con el habla, sino que también activan zonas del cerebro encargadas del procesamiento de los sonidos. Además, los trabalenguas generan errores independientemente de si los dices en alto o de si los lees para ti mismo (Corley, Brocklehurst, & Moat, 2011). Al estudiar el efecto de los trabalenguas en gente bilingüe se ha visto que cometen más errores que los monolingües, y que esta desventaja emerge aunque los bilingües no tengan acento extranjero y hablen el idioma del trabalenguas desde pequeños (Gollan & Goldrick, 2012).

Al parecer cuanto más familiarizado estás con ciertos sonidos más fácil te es pronunciar un trabalenguas sin errores. Para mí es casi imposible decir: “How much wood would a woodchuck chuck if a woodchuck could chuck wood? He would chuck, he would, as much as he could, and chuck as much wood, as a woodchuck would if a woodchuck could chuck wood.” Las personas bilingües tienen menos práctica con los sonidos específicos de cada idioma, lo que parece resultar en más errores al decir un trabalenguas. Después de varios intentos, Dave y yo nos decantamos por pronunciar los trabalenguas cada uno en nuestro idioma. 

lunes, 1 de abril de 2019

¿En qué idioma discutes?


Hay veces en que es mejor tener un poco de distancia emocional. Recientemente he estado trabajando en una propuesta para crear un centro de “Big Data” en nuestro campus. Un centro de estas características requiere coordinar a mucha gente en distintos departamentos (matemáticas, informática, psicología…), así que sin comerlo ni beberlo me he visto inmersa en la política de mi universidad. El hecho de que todas estas conversaciones sean en inglés puede haberme ayudado. ¿Es verdad que al procesar información en tu segunda lengua lo sientes menos?

El idioma en el que hablas influye en las decisiones que tomas. En concreto, sabemos que procesar información en tu segunda lengua te hace pensar más despacio, por lo que tomas decisiones de forma más calculada y te dejas llevar menos por la intuición (Costa, Vives, & Corey, 2017). Se ha visto que al hablar en tu segunda lengua la intensidad de tus emociones es menor. Este descubrimiento tiene implicaciones importantes para contextos clínicos, ya que utilizar la segunda lengua con pacientes bilingües puede reducir su miedo (García-Palacios, Costa, Castilla, del Río, Casaponsa, & Duñabeitia, 2018).

En el contexto laboral tomar decisiones de forma racional puede ser una ventaja, pero esta baja intensidad emocional puede ser una desventaja en el contexto personal. En ocasiones, en medio de una discusión Dave me ha dicho lo fría que soy. Aunque puede ser verdad que me tome las cosas de forma más pragmática que la mayoría (al fin y al cabo, soy científica), también puede ser que el tener la discusión en inglés me haga más distante y menos capaz de empatizar. Ya le he dicho a Dave que tenemos que empezar a discutir en español, a ver cómo de racional se vuelve. 

martes, 1 de enero de 2019

¿Cómo se traducen las frases hechas?

A Dave y a mí nos gusta debatir qué lengua es más completa y con cuál se pueden expresar mejor ciertas cosas. Lo más divertido es encontrar frases que no tienen una traducción literal y pensar en cómo se dirían en el otro idioma.

Los “modismos” (“idioms” en inglés) son expresiones cuyo significado no es literal sino metafórico. Por ejemplo, “que no estamos de pies en la nieve” significa que no tenemos prisa, pero esta idea no puede deducirse directamente de las palabras que componen la frase. El hecho de que el significado metafórico tenga prioridad sobre el significado literal hace que los modismos sean difíciles de traducir (Adelnia & Dastjerdi, 2011). Un estudio con fMRI encontró diferencias en cómo la gente procesa el significado metafórico y el literal. En concreto, para procesar el significado literal de los modismos se activan zonas del hemisferio derecho que no son necesarias para procesar su significado metafórico (Mashal et al., 2008).

Otro asunto interesante con respecto a los modismos es si se usan más en unos idiomas que otros. A todos nos gusta pensar que nuestro idioma es especial, pero es importante contestar a esta pregunta de forma empírica. Boers y Stengers (2008) compararon la prevalencia de las frases hechas en español y en inglés, y concluyeron que los dos idiomas usan modismos en la misma proporción. Es importante recalcar que, aunque la proporción sea la misma, el contenido es distinto en cada idioma. En concreto, en inglés hay muchas expresiones asociadas con deportes de pelota ("to have two strikes"), y en español hay muchos modismos derivados de la religión ("para más inri").

La cultura tiene un papel muy importante en las expresiones de la vida cotidiana. Para traducir un modismo hay que explicar no sólo el sentido de la frase sino el contexto del que viene. Se puede descubrir mucho de un sitio aprendiendo su idioma.

jueves, 1 de noviembre de 2018

¿Qué pasa cuando la letra de la canción y el movimiento del baile no coinciden?

Me gusta ir a clases de Zumba, clases de baile que combinan música latina e internacional. El ejercicio me viene bien y además me motiva oír canciones en español. El único problema es que en EEUU los que dan la clase no suelen saber español, así que ignoran lo que dice la letra de la canción. Por ejemplo, cuando la canción dice “hacia arriba” todos van para la derecha, a mi esta desincronización me desorienta mucho. 

En un experimento en la Universidad de Wisconsin los participantes tenían que juzgar si ciertas frases requerían un movimiento hacia sí mismos (“abre el cajón”) o hacia afuera (“cierra el cajón”). Para contestar los participantes tenían que apretar un botón cercano a su cuerpo o un botón alejado de su cuerpo. Cuando la frase y la posición del botón coincidían (cuando veas frases que requieran una acción hacia ti mismo aprieta el botón más cercano a tu cuerpo), los participantes respondían mucho más rápido que cuando las frases y la posición del botón no coincidían (cuando veas frases que requieran una acción hacia ti mismo aprieta el botón más alejado tu cuerpo). El “efecto de compatibilidad de acción-frase” demuestra que el lenguaje y el movimiento del cuerpo están mucho mas conectados de lo que previamente se pensaba
(Glenber & Kaschak, 2002).*

Aunque hace tiempo que no me pierdo en clase de Zumba, cuando la letra de la canción y el baile no coinciden me lio fijo. Si oigo “hacia arriba” yo voy para arriba, da igual lo que el resto de la clase este haciendo. Según la teoría de la cognición corporizada (embodied cognition) los seres humanos pensamos con el cuerpo entero. Debería ir haciéndome a la idea de que cuando la canción da instrucciones que nadie más entiende es probable que me haga un solo.  


*(11/19/18) Es importante tener cuidado a la hora de interpretar esta información porque en un meta-análisis presentado en la conferencia Psychonomics (2018) no pudieron replicar este resultado.


sábado, 1 de septiembre de 2018

¿Cómo dices que se pronuncia esa vocal?

Era mi primer día en la universidad de Cork y estaba ilusionada. Cuando el profesor pidió a todo el mundo que se presentase, yo lo tenía claro: “My name is Sara” (Me llamo Sara) “I am from Santander, Spain” (soy de Santander, en España) “Santander has beautiful beaches” (Santander tiene unas playas preciosas).” De repente todo el mundo se empezó a reír, pero ¿qué he dicho? Resulta que en inglés playa Beach / biʧ / y prostituta Bitch / bɪʧ / solo se diferencian en una vocal. 

Cuando aprendes un idioma es importante aprender a distinguir sus vocales. El tipo de vocales que tiene tu primera lengua influye en lo bien que pronuncias las vocales de tu segunda lengua (Flege, Bohn, & Jang, 1997). Si tu lengua materna es un idioma con muchas vocales (por ejemplo el alemán tiene 18 vocales) te va a ser más fácil aprender las vocales de un idioma nuevo (Iverson & Evans, 2009). Por si aprender un idioma no es lo suficientemente difícil, esto de las vocales es importante, hay muchas veces que en ingles la única distinción entre dos palabras es una vocal (“beat”, “bit”, “bet”, “bat”).

Yo no soy la primera (ni seré la última) que ha metido la pata con la pronunciación en inglés. Cuando mis padres estuvieron visitando las cataratas del Niágara, mi madre fue a la recepción del hotel a preguntar por las cataratas Falls / fɔlz / y le trajeron un tenedor Fork /fɔrk/. Es imposible aprender a hablar una segunda lengua sin cometer errores. Por lo tanto, es importante tomárselo con buen humor y reírse de uno mismo. A mis alumnos americanos les encanta mi anécdota de las prostitutas. 

domingo, 1 de julio de 2018

¿Cuánto tienes que saber de un idioma para que te hagan gracia los chistes?

Hace unos años, en Italia, mis amigas y yo nos paramos a ver un teatro en la calle. Aunque yo nunca he estudiado italiano, sabiendo español es relativamente fácil seguir el argumento de una obra de teatro. De hecho, en España quitaron el examen de italiano para el Erasmus porque todo el mundo lo aprobaba sin problemas. Aunque éramos capaces de seguir el argumento de la obra bastante bien, muy pronto quedó claro que no pillábamos ni un chiste. 

Desde un punto de vista lingüístico, el humor incluye conocimientos de semántica, gramática, reglas del discurso, estrategias comunicativas y normas del uso del lenguaje (Vega, 1990). Además, el humor tiene componentes cognitivos y afectivos (Goel & Dolan, 2001). En un estudio en el que compararon a cómicos profesionales con estudiantes universitarios descubrieron que los cómicos tienen una inteligencia verbal bastante superior a la media (Greengross, Martin, & Miller, 2012). 

Los chistes suelen tener un final sorprendente, algo que no te esperabas o que resulta chocante y por lo tanto gracioso. Por eso, si un chiste hay que explicarlo pierde la gracia. Una de las razones por las que tener sentido del humor es más difícil en un idioma extranjero es que para que algo te haga gracia primero hay que tener una expectativa de lo que va a pasar. Si estás muy ocupado intentando descubrir lo que significan las palabras, no te da tiempo a entender el chiste. 

La respuesta al título de este blog es que tienes que saber mucho para que te hagan gracia los chistes en un idioma extranjero. Tienes que saber lo que significan las palabras, entender el contexto, predecir lo que va a decir el que habla, y sorprenderte con lo que en realidad dice. Normal que nosotras no le pilláramos la gracia. Cuando la gente me pregunta en qué momento sabes que dominas de verdad un idioma, mi respuesta es clara, la primera vez que te ríes con un chiste.



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Sara Incera obtuvo la Licenciatura en Psicología en la Universidad de Salamanca, el Doctorado en Psicología en la Cleveland State University, y actualmente reside en Lexington (EEUU) donde trabaja como profesora universitaria en la Eastern Kentucky University.

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