jueves, 1 de mayo de 2025

¿Cómo influye la lectura interactiva en el lenguaje de los niños?

Me encanta leer con Nora. Todas las noches nos sentamos en el sofá y leemos una poesía y un cuento. Me fascina ver lo atenta que está, como toca los dibujos, y como intenta pasar página (aún pasa varias páginas a la vez, pero le pone mucho empeño). Aunque no habla se hace entender muy bien, hay libros que le encantan y se queda muy quieta, mientras que otros no le gustan y los cierra.

Los niños expuestos a historias y cuentos desde pequeños tienen mejor vocabulario y mas complejidad sintáctica (Speaker et al., 2004). Como describo en otra entrada de este blog, la lectura compartida es uno de los métodos más efectivos de promocionar el lenguaje infantil. Incluso en niños muy pequeños (de 6 meses a 3 años) leer con un adulto mejora el vocabulario, la morfología, la sintaxis, y la comunicación no verbal (Karousou & Economacou, 2024). Es importante enfatizar que el beneficio lingüístico viene de la calidad (y no de la frecuencia) de estas experiencias. La lectura interactiva de calidad es aquella en la que el adulto y el niño (1) prestan atención a las mismas cosas, (2) hacen gestos y sonidos sobre la historia, (3) hacen preguntas sobre la historia, (4) hacen conexiones entre el libro y la vida cotidiana, (5) señalan palabras y dibujos en el libro, (6) e incluyen las nuevas palabras aprendidas durante la lectura en comentarios o preguntas sobre el libro.

Es muy importante crear la rutina de leer con los más pequeños. No es sólo un momento compartido muy agradable, sino que también tiene efectos positivos en el desarrollo del lenguaje de los más pequeños. Es importante recalcar que es la calidad (y no la cantidad) de las interacciones lo que potencia el lenguaje infantil. Cuando lees con un niño, asegúrate de interactuar, hacer preguntas y prestar atención a las respuestas.

Sara Incera, Ph.D.

(Foto de Lori Burkert)

martes, 1 de abril de 2025

¿En qué idioma piensas?

El otro día un alumno me preguntó en qué idioma pienso, y mi respuesta (como es habitual) fue que depende. Cuando llegué a Estados Unidos solía pensar siempre en español pero ahora, que ya llevo más de 10 años viviendo aquí, hay muchas veces que pienso en inglés. La situación en la que me encuentro, el tema en el que estoy pensando, y las personas en las que estoy pensando, determinan el idioma en el que pienso.

El discurso interno es lo que una persona se dice a sí misma, el monólogo silencioso que ocurre en su cabeza. Es importante clarificar que no hay diferencias en la frecuencia del discurso interno entre bilingües y monolingües (Sears, 2023). En los estudios con bilingües se ha visto que el discurso interno es más común en primera lengua, pero aquellos expuestos a su segunda lengua más a menudo tienen más posibilidades de tener un discurso interno en ese idioma (Resnik, 2021). Además, los bilingües que tienen más conexiones sociales en su segunda lengua, están más integrados en el país de su segunda lengua, y tienen la intención de quedarse en ese país indefinidamente, tienen más posibilidades de tener un discurso interno en esa segunda lengua (Hammer, 2019).

Mi discurso interno suele ser en español si estoy contando (hacer cálculos en inglés me cuesta) o pensando en mis padres. Sin embargo, suele ser en inglés si estoy preparando mis clases o pensando en Dave. Últimamente he estado escuchando audiolibros en español, lo que me ha hecho pensar en español mucho más. El idioma de mi discurso interno depende de la situación, el tema, y las personas en las que estoy pensando.

Sara Incera, Ph.D.


(Foto de Lori Burkert)




sábado, 1 de marzo de 2025

¿Cómo influye el bilingüismo en la creatividad?

Para escribir este blog suelo leer artículos en inglés y luego traducir las ideas principales al español. Lo curioso es que al cambiar de idioma mi perspectiva cambia y se me ocurren cosas distintas. Pensar en un idioma o en otro activa asociaciones diferentes, lo que te empuja a pensar de forma distinta. La cuestión es si estas formas de pensar pueden aumentar tu creatividad.

El concepto de creatividad incluye el pensamiento divergente (la capacidad de generar ideas innovadoras) y el pensamiento convergente (la capacidad de seleccionar la mejor idea). Se ha visto que los bilingües tienen mejor pensamiento convergente pero peor pensamiento divergente (Hommel et al., 2011). Este efecto también se ha observado en niños, donde el efecto positivo del bilingüismo en la creatividad surge tanto en aquellos que son bilingües debido a su entorno familiar, como en aquellos que van a un colegio bilingüe (Leikin, 2012). Un asunto interesante es que muchos bilingües también son biculturales (tienen dos o más culturas) por lo que a veces es difícil distinguir el efecto del bilingüismo del efecto del biculturalismo. Respecto al biculturalismo, parece que tener dos o más culturas aumenta la creatividad, especialmente para aquellos que tienen sus dos identidades mejor integradas (Saad et al., 2012). Parece que tanto el bilingüismo como el biculturalismo pueden tener un efecto positivo en algunas (pero no todas) las habilidades asociadas con la creatividad.

Lo que está claro es que este tipo de experiencias (hablar varios idiomas, estar expuesto a varias culturas) influye en tu forma de pensar. Hay veces que te hace ser más flexible, y hay otras en las que te hace ser más selectivo. En un mundo que cambia constantemente, es muy importante ser creativo y potenciar diferentes formas de pensar.

sábado, 1 de febrero de 2025

¿Qué es la afantasía?

Cuando leo me introduzco en el mundo imaginario de los personajes. Hay veces que visualizo las escenas desde el punto de vista de un personaje, mientras que otras tengo una visión panorámica de lo que está pasando. Para mí, visualizar la historia es una de las partes más satisfactorias de la lectura. Sin embargo, hay gente que no es capaz de ver imágenes en su mente.

La afantasía es la incapacidad para imaginar, la inhabilidad de algunas personas de crear imágenes mentales. El cuestionario de la vividez de las imágenes visuales (VVIQ por sus siglas en inglés), se creó en los años setenta y se sigue usando en la actualidad para medir la afantasía (Marks, 1989). Las investigaciones sobre afantasía pueden ayudarnos a entender cómo los humanos crean los conceptos que nos permiten pensar, recordar, y comunicarnos (Muraki et al., 2024). En un estudio muy interesante en el que compararon la lectura de participantes con y sin afantasía (Speed et al., 2024), descubrieron que los que tienen afantasía están menos entretenidos, interesados, o absorbidos por la historia, además de experimentar menos emoción y empatía por los personajes.

Leer es mucho más que conectar sonidos con letras y procesar palabras. La lectura incluye imaginación y empatía. El cerebro no distingue entre realidad y ficción, por lo que al leer puedes “vivir” experiencias que nunca podrías experimentar de otro modo. Para entender la lectura, es esencial investigar cómo lo que imaginamos y sentimos está conectado con el texto.

miércoles, 1 de enero de 2025

¿Cómo cambia la lectura en tu primera lengua al adquirir una segunda?

Las reglas ortográficas del inglés me han hecho cometer fallos al escribir en español. Por ejemplo, hay veces que he escrito “the” en vez de escribir “de”. Además, las reglas ortográficas del español me han hecho cometer fallos al escribir en inglés. Por ejemplo, he escrito .gob (en español es “gobierno”) en vez de .gov (en inglés es “government”). Cuando las dos lenguas de un bilingüe son alfabéticas, hay veces en que las reglas ortográficas se contradicen.

En un estudio longitudinal (Borragan et al., 2020), se ha visto que el aprendizaje de una segunda lengua no solo afecta la forma en que los participantes leen en esa lengua (cada vez de forma más eficaz) si no que también afecta la forma en la que leen en su primera lengua. Al adquirir un idioma, las reglas ortográficas se expanden para acomodar las de las dos lenguas. Los bilingües usan características del idioma (en inglés “th” en español “ñ”) para determinar en qué lengua están leyendo. La forma en la que leemos no es estática y se puede ver influenciada por una nueva lengua.

Al leer y escribir en dos idiomas de forma continuada, las ortografías de las dos lenguas se combinan. Las reglas ortográficas se van integrando según vas aprendiendo el nuevo idioma. El sistema lingüístico bilingüe se adapta, la primera lengua influye en cómo lees en la segunda, y la segunda influye en cómo lees en la primera. Estos efectos son más llamativos cuando el nivel de la segunda lengua es más alto.

domingo, 1 de diciembre de 2024

¿Cómo aprenden los bebés sus primeras palabras?

Nora acaba de cumplir 9 meses y ya balbucea mucho. La semana pasada fui a una conferencia en Nueva York y Dave me contó que no dejaba de decir “mamamama". Esta ha sido la primera vez desde que nació que he pasado un par de noches alejada de ella, así que Dave cree que me echaba de manos y me llamaba. ¿Cómo sabe Nora que “mamá” soy yo?

Para aprender a hablar (Kuhl, 2004), los bebés detectan los patrones del lenguaje (las probabilidades estadísticas de cada sonido) y se fijan en la entonación de las palabras (la prosodia). Este aprendizaje les permite aprender el significado de nuevas palabras. Se ha visto que para que los bebés aprendan los sonidos del lenguaje (la fonética) es imprescindible que estén inmersos en un contexto social (Kuhl, 2010). Para poder comunicarse, los niños tienen que saber lo que significa cada palabra. Sin embargo, no tienen que saber todos los significados de cada palabra, si no que tienen que saber lo suficiente para que se les entienda (Clark, 2022).

La mayoría de los niños dicen sus primeras palabras cuando tienen un año, aunque hay mucha variabilidad y hay bebés que balbucean mamá o papá a partir de los 6 meses. Aunque no tengo muy claro si cuando Nora dice “mamamama” me llama a mi o simplemente repite esos sonidos, es bonito pensar que me echa de menos cuando no estoy en casa.

viernes, 1 de noviembre de 2024

¿Piensas en palabras o en imágenes?

Hay gente que es muy verbal (con un diálogo interno muy intenso) y los hay que no tienen “voz interior". Hay gente que es muy visual (que suele pensar en imágenes) y los hay que no son capaces de visualizar en su mente. Aunque haya gente que tenga dificultades con una u otra forma de pensar, la mayoría de las personas piensan en palabras y en imágenes.

Hay veces que presentar información en imágenes puede ser más efectivo que presentar la misma información en palabras (Dewan, 2015). Por ejemplo, las imágenes son más eficaces a la hora de generar respuestas rápidas y automáticas (e.g., escapar de un depredador), mientras que la toma de decisiones es más lenta cuando la información se presenta en palabras (Lang et al., 2015). En culturas occidentales se asume que el pensar y el hablar están intrínsecamente conectados, pero este no es siempre el caso. Según un estudio en el que compararon a participantes americanos de ascendencia europea o asiática, descubrieron que hablar en alto mientras se realiza una tarea perjudica a los participantes asiáticos pero no a los europeos (Kim, 2002). Además, los participantes asiáticos tienden a usar el diálogo interno menos que los europeos. Por lo tanto, no sólo hay preferencias individuales a la hora de usar palabras o imágenes, sino que también hay influencias culturales que determinan lo que es más fácil para cada persona.

Me encantan las infografías (imágenes que combinan textos e ilustraciones para sintetizar información). Me parecen una forma muy intuitiva de presentar ideas complejas de todo tipo. En mi opinión, la combinación de palabras e imágenes es la mejor forma de comunicar información de forma eficaz, ya que haces uso de las dos formas de pensar.

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Sara Incera obtuvo la Licenciatura en Psicología en la Universidad de Salamanca, el Doctorado en Psicología en la Cleveland State University, y actualmente reside en Lexington (EEUU) donde trabaja como profesora universitaria en la Eastern Kentucky University.

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