En los años que
llevo viviendo en Estados Unidos siempre he tenido mis idiomas muy separados. Hablo con mis padres en español y con mi marido en inglés,
con mis amigos españoles en español y con mis amigos americanos en inglés. Sin
embargo, este año he notado un cambio. Tengo una nueva alumna de Máster que es
de Madrid y ha hecho la carrera en Lexington. Inés habla español e inglés tan
bien como yo y (para mi sorpresa) desde que trabajamos juntas mezclo muchísimo
mis dos idiomas.
La
alternancia de código (code-switching) es un término lingüístico que se refiere
al uso de dos o más lenguas en la misma frase o conversación (Grosjean, 1982). Para la mayoría de los
bilingües mezclar sus lenguas es algo completamente normal. Además, la forma en
la que los bilingües mezclan sus lenguas no es aleatoria, si no que sigue ciertas
normas (Heredia & Altarriba, 2001). La gente bilingüe alterna sus
lenguas cuando están en un contexto en que esto es posible, como cuando están
hablando con otros bilingües. Además, los bilingües suelen cambiar al otro
idioma cuando esa palabra describe mejor lo que intentan explicar. Inés y yo solemos utilizar términos de
investigación en inglés (“IRB”, “assent form”) y expresiones coloquiales en
español (“este ordenador esta de viernes”).
Desde que Inés
está en mi laboratorio mezclo mis idiomas como no lo había hecho nunca. Como sé
que me va a entender diga lo que diga, no tengo que preocuparme de decirlo en
un idioma concreto. Para mí, lo más curioso es que incluso mezclo los dos
idiomas por escrito. He mandado emails que eran la mitad en inglés y la mitad
en español, y ni siquiera me había dado cuenta de que había cambiado de idioma a
medio email. Los bilingües empiezan a mezclar sus lenguas en el momento en que
tienen a alguien con quien hacerlo.
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