Mi
año Erasmus fue una de las experiencias más importantes de mi vida. Conocí a Dave
(mi marido), aprendí inglés, y empecé a interesarme por los temas que han
definido mi carrera. A mucha gente estudiar en el extranjero le parece buena
idea. ¿Qué nos dice la evidencia científica?
Ventajas Lingüísticas: En mi primer mes en
Irlanda aprendí más que en una década en la Escuela de Idiomas. Las habilidades
lingüísticas mejoran al estudiar en el extranjero (Kinginger, 2011). Además, la
competencia pragmática (tu habilidad para entender cómo los nativos usan el
lenguaje) mejora al estar en contacto con gente nativa (Taguchi, 2011). Aunque la
máxima es “cuanto más mejor”, estancias cortas de tres o cuatro semanas también
tienen efectos positivos (Llanes &
Muñoz, 2009). Los que estudian en el extranjero escriben mejor en su
segunda lengua que los que se quedan en casa, tienen mayor fluidez y están más
motivados (Sasaki, 2007).
Ventajas Cognitivas: En cuanto aterricé en
Cork se me puso un dolor de cabeza terrible. Ahora sé que el esfuerzo cognitivo
que tienes que hacer al estar inmerso en un país nuevo tiene resultados
positivos. Hablar más de una lengua mejora las funciones ejecutivas y
atencionales (Bialystok, 2017), un efecto
que se ha observado en gente de todas las edades (Incera & McLennan, 2017). Cuanto más tiempo estés expuesto a una lengua extranjera mejores
resultados vas a tener (Puric,
Vuksanovic, & Chondrogiannik, 2017), pero incluso un
periodo corto de inmersión puede tener efectos positivos en tus capacidades
atencionales (Bak, Long,
Vega-Mendoza, & Sorace, 2016).
Ventajas Socio-emocionales: Lo que en tu
país es perfectamente normal (darle dos besos a un chico cuando te lo
presentan) puede ser una rareza para el resto del mundo (a Dave casi le da
algo). Las experiencias internacionales aumentan la conciencia cultural y mejoran
la auto-eficacia (Cushner &
Mahon, 2002). Vivir en el extranjero (viajar no cuenta) aumenta la
inteligencia cultural, la habilidad de la gente de interactuar en diferentes
ambientes y culturas (Crowne, 2008). Viviendo en
el extranjero te vuelves más tolerante (mi amiga alemana aprendió que los autobuses no
siempre llegan a la hora…), más empátic@, segur@ de ti mism@, y más
independiente, (Black &
Duhon, 2010).
En resumen, la evidencia
científica apoya el argumento de que estudiar en el extranjero tiene ventajas lingüísticas,
cognitivas, y socio-emocionales. ¿Y quién sabe? Igual tú también encuentras al
amor de tu vida y decides casarte con un extranjero.
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