Nora acaba de cumplir 9 meses y ya balbucea mucho. La semana pasada fui a una conferencia en Nueva York y Dave me contó que no dejaba de decir “mamamama". Esta ha sido la primera vez desde que nació que he pasado un par de noches alejada de ella, así que Dave cree que me echaba de manos y me llamaba. ¿Cómo sabe Nora que “mamá” soy yo?
Para aprender a hablar (Kuhl, 2004), los bebés detectan los patrones del lenguaje (las probabilidades estadísticas de cada sonido) y se fijan en la entonación de las palabras (la prosodia). Este aprendizaje les permite aprender el significado de nuevas palabras. Se ha visto que para que los bebés aprendan los sonidos del lenguaje (la fonética) es imprescindible que estén inmersos en un contexto social (Kuhl, 2010). Para poder comunicarse, los niños tienen que saber lo que significa cada palabra. Sin embargo, no tienen que saber todos los significados de cada palabra, si no que tienen que saber lo suficiente para que se les entienda (Clark, 2022).
La mayoría de los niños dicen sus primeras palabras cuando tienen un año, aunque hay mucha variabilidad y hay bebés que balbucean mamá o papá a partir de los 6 meses. Aunque no tengo muy claro si cuando Nora dice “mamamama” me llama a mi o simplemente repite esos sonidos, es bonito pensar que me echa de menos cuando no estoy en casa.
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domingo, 1 de diciembre de 2024
viernes, 1 de noviembre de 2024
¿Piensas en palabras o en imágenes?
Hay gente que es muy verbal (con un diálogo interno muy intenso) y los hay que no tienen “voz interior". Hay gente que es muy visual (que suele pensar en imágenes) y los hay que no son capaces de visualizar en su mente. Aunque haya gente que tenga dificultades con una u otra forma de pensar, la mayoría de las personas piensan en palabras y en imágenes.
Hay veces que presentar información en imágenes puede ser más efectivo que presentar la misma información en palabras (Dewan, 2015). Por ejemplo, las imágenes son más eficaces a la hora de generar respuestas rápidas y automáticas (e.g., escapar de un depredador), mientras que la toma de decisiones es más lenta cuando la información se presenta en palabras (Lang et al., 2015). En culturas occidentales se asume que el pensar y el hablar están intrínsecamente conectados, pero este no es siempre el caso. Según un estudio en el que compararon a participantes americanos de ascendencia europea o asiática, descubrieron que hablar en alto mientras se realiza una tarea perjudica a los participantes asiáticos pero no a los europeos (Kim, 2002). Además, los participantes asiáticos tienden a usar el diálogo interno menos que los europeos. Por lo tanto, no sólo hay preferencias individuales a la hora de usar palabras o imágenes, sino que también hay influencias culturales que determinan lo que es más fácil para cada persona.
Me encantan las infografías (imágenes que combinan textos e ilustraciones para sintetizar información). Me parecen una forma muy intuitiva de presentar ideas complejas de todo tipo. En mi opinión, la combinación de palabras e imágenes es la mejor forma de comunicar información de forma eficaz, ya que haces uso de las dos formas de pensar.
Hay veces que presentar información en imágenes puede ser más efectivo que presentar la misma información en palabras (Dewan, 2015). Por ejemplo, las imágenes son más eficaces a la hora de generar respuestas rápidas y automáticas (e.g., escapar de un depredador), mientras que la toma de decisiones es más lenta cuando la información se presenta en palabras (Lang et al., 2015). En culturas occidentales se asume que el pensar y el hablar están intrínsecamente conectados, pero este no es siempre el caso. Según un estudio en el que compararon a participantes americanos de ascendencia europea o asiática, descubrieron que hablar en alto mientras se realiza una tarea perjudica a los participantes asiáticos pero no a los europeos (Kim, 2002). Además, los participantes asiáticos tienden a usar el diálogo interno menos que los europeos. Por lo tanto, no sólo hay preferencias individuales a la hora de usar palabras o imágenes, sino que también hay influencias culturales que determinan lo que es más fácil para cada persona.
Me encantan las infografías (imágenes que combinan textos e ilustraciones para sintetizar información). Me parecen una forma muy intuitiva de presentar ideas complejas de todo tipo. En mi opinión, la combinación de palabras e imágenes es la mejor forma de comunicar información de forma eficaz, ya que haces uso de las dos formas de pensar.
martes, 1 de octubre de 2024
¿Qué ocurre con la comunicación no verbal en contextos virtuales?
Acabamos de empezar un nuevo semestre y mi calendario ya está lleno de reuniones. Una nueva opción en el calendario es que ahora puedes determinar si la reunión es en persona o no. Además, los participantes pueden responder si van a atender en persona o si necesitan un enlace.
Para decidir si hacer la reunión en persona o de forma virtual hay que considerar los pros y contras de cada opción. Por un lado, las reuniones online incrementan la flexibilidad ya que los participantes pueden conectarse desde cualquier lugar. Por otro, la calidad de la comunicación (en concreto de la comunicación no verbal) se puede ver comprometida en las reuniones virtuales. En un estudio de la época de la pandemia, preguntaron a la gente lo que más echaban de menos de sus conversaciones presenciales y descubrieron que las interacciones espontáneas y la proximidad física son elementos muy importantes (Gruber et al., 2022). Además, en un estudio con participantes que buscaban una relación romántica, se vio que un mayor intercambio de información no verbal (incluir un avatar que se mueve y parpadea) conlleva a una percepción más positiva de la otra persona y a un mayor deseo de empezar una relación (Kotlyar & Ariely, 2013). Estos resultados indican que la comunicación no verbal es importante pero difícil de recrear en contextos virtuales (al menos con la tecnología actual).
En mi opinión, si la reunión es informativa y no tiene mucha trascendencia está bien hacerla online (igual hasta se podría convertir en un email). Sin embargo, si en una reunión se van a tomar decisiones importantes y los participantes tienen que estar involucrados, yo recomendaría hacerla en persona.
Para decidir si hacer la reunión en persona o de forma virtual hay que considerar los pros y contras de cada opción. Por un lado, las reuniones online incrementan la flexibilidad ya que los participantes pueden conectarse desde cualquier lugar. Por otro, la calidad de la comunicación (en concreto de la comunicación no verbal) se puede ver comprometida en las reuniones virtuales. En un estudio de la época de la pandemia, preguntaron a la gente lo que más echaban de menos de sus conversaciones presenciales y descubrieron que las interacciones espontáneas y la proximidad física son elementos muy importantes (Gruber et al., 2022). Además, en un estudio con participantes que buscaban una relación romántica, se vio que un mayor intercambio de información no verbal (incluir un avatar que se mueve y parpadea) conlleva a una percepción más positiva de la otra persona y a un mayor deseo de empezar una relación (Kotlyar & Ariely, 2013). Estos resultados indican que la comunicación no verbal es importante pero difícil de recrear en contextos virtuales (al menos con la tecnología actual).
En mi opinión, si la reunión es informativa y no tiene mucha trascendencia está bien hacerla online (igual hasta se podría convertir en un email). Sin embargo, si en una reunión se van a tomar decisiones importantes y los participantes tienen que estar involucrados, yo recomendaría hacerla en persona.
domingo, 1 de septiembre de 2024
¿Cómo influye el lenguaje en la forma de llorar de los bebés?
Con solo cinco meses he llevado a Nora a España. En el viaje no ha llorado casi nada, lo que ha sido una suerte porque escuchar a un bebé llorar (sobre todo en un avión donde no tienes escapatoria) puede ser una experiencia muy estresante. El llanto de los bebés tiene una función de comunicación muy importante, y es una de las bases fundamentales del desarrollo del lenguaje.
En un estudio muy interesante en el que compararon a 30 niños franceses y 30 niños alemanes, descubrieron que la forma de llorar (en concreto la melodía o entonación del llanto) está influida por la lengua materna de los niños (Mampe et al., 2009). Lo mismo vieron al comparar a recién nacidos suecos y alemanes, el acento de la lengua materna influye en la forma de llorar de los bebés (Prochnow et al., 2017). Durante los primeros seis meses de vida, los sonidos que hacen los bebés se van volviendo cada vez más complejos (Wermke et al., 2021), lo cual sienta las bases del desarrollo del lenguaje.
Aunque al principio cuesta entender lo que significa el llanto de un bebé (hambre, sueño, ...) cuanto más tiempo pasas con tu bebé más fácil es entender por qué llora. Aunque aún no dice ninguna palabra, Nora es capaz de comunicar lo que quiere de forma muy eficaz. Es curioso pensar que los sonidos que hace están influidos por los idiomas a los que está expuesta.
En un estudio muy interesante en el que compararon a 30 niños franceses y 30 niños alemanes, descubrieron que la forma de llorar (en concreto la melodía o entonación del llanto) está influida por la lengua materna de los niños (Mampe et al., 2009). Lo mismo vieron al comparar a recién nacidos suecos y alemanes, el acento de la lengua materna influye en la forma de llorar de los bebés (Prochnow et al., 2017). Durante los primeros seis meses de vida, los sonidos que hacen los bebés se van volviendo cada vez más complejos (Wermke et al., 2021), lo cual sienta las bases del desarrollo del lenguaje.
Aunque al principio cuesta entender lo que significa el llanto de un bebé (hambre, sueño, ...) cuanto más tiempo pasas con tu bebé más fácil es entender por qué llora. Aunque aún no dice ninguna palabra, Nora es capaz de comunicar lo que quiere de forma muy eficaz. Es curioso pensar que los sonidos que hace están influidos por los idiomas a los que está expuesta.
jueves, 1 de agosto de 2024
¿Cómo expresar mejor un argumento?
Cuando quieres convencer a alguien de algo, es importante usar las palabras adecuadas. En la vida cotidiana es muy común usar frases negativas (no está mal) pero esta manera de expresarse se percibe de forma más neutra que si utilizamos frases positivas (está bien).
En un artículo que acabamos de publicar (Golshaie, Incera, & Ghaffarzadeh, 2024) investigamos hasta qué punto la gente percibe los antónimos y las negaciones de forma distinta. El objetivo era descubrir si utilizar una palabra (es barato) o negar su antónimo (no es caro) cambia la percepción de la realidad de los que reciben el mensaje. En una serie de experimentos observamos que la negación de una palabra (no está frío) se percibe de forma más neutra (está templado) que el uso de su antónimo (está caliente). Estos efectos son más pronunciados en antónimos graduales (“no es blanco” se percibe más cerca de gris que de negro) pero también surgen en antónimos complementarios (“no está encendido” se percibe de forma distinta que "está apagado"). Hay circunstancias en las que usar la expresión negativa puede ser útil para suavizar la situación pero, si el objetivo es expresarse de forma clara, las expresiones positivas son más efectivas. En vez de negar una palabra, usar su antónimo es una forma más convincente de expresar un argumento.
Estas ideas también se han aplicado a la disciplina infantil. Es mejor decirle a un niño lo que tiene que hacer (trata bien a tus amigos) que negar lo que no debería hacer (no pegues a tus amigos). Hablar en positivo ayuda a expresar las ideas de forma más clara y a mejorar los argumentos.
En un artículo que acabamos de publicar (Golshaie, Incera, & Ghaffarzadeh, 2024) investigamos hasta qué punto la gente percibe los antónimos y las negaciones de forma distinta. El objetivo era descubrir si utilizar una palabra (es barato) o negar su antónimo (no es caro) cambia la percepción de la realidad de los que reciben el mensaje. En una serie de experimentos observamos que la negación de una palabra (no está frío) se percibe de forma más neutra (está templado) que el uso de su antónimo (está caliente). Estos efectos son más pronunciados en antónimos graduales (“no es blanco” se percibe más cerca de gris que de negro) pero también surgen en antónimos complementarios (“no está encendido” se percibe de forma distinta que "está apagado"). Hay circunstancias en las que usar la expresión negativa puede ser útil para suavizar la situación pero, si el objetivo es expresarse de forma clara, las expresiones positivas son más efectivas. En vez de negar una palabra, usar su antónimo es una forma más convincente de expresar un argumento.
Estas ideas también se han aplicado a la disciplina infantil. Es mejor decirle a un niño lo que tiene que hacer (trata bien a tus amigos) que negar lo que no debería hacer (no pegues a tus amigos). Hablar en positivo ayuda a expresar las ideas de forma más clara y a mejorar los argumentos.
lunes, 1 de julio de 2024
¿Qué pasa en el cerebro de los bebés bilingües a los 4 meses?
Nora acaba de cumplir cuatro meses. Desde que nació, los padres de Dave (que hablan inglés) y mis padres (que hablan español) han pasado varias semanas con nosotros. Aunque al vivir en Estados Unidos es algo más difícil exponer a Nora al español, nuestro objetivo es hacerlo lo más posible para que sea capaz de comunicarse con todos sus abuelos.
En un nuevo estudio en el que investigaron el procesamiento neuronal y la influencia del bilingüismo en el desarrollo del lenguaje (Blanco et al., 2024), han visto que a los cuatro meses de edad los bebés bilingües tienen estructuras neuronales distintas que los bebés monolingües. En concreto, los bebés bilingües tienen ciertas áreas del cerebro más activas al procesar el lenguaje, y esta activación ocurre en ambos lados del cerebro. En contraste, los bebés monolingües tienen el lenguaje más lateralizado en la zona izquierda. Estos resultados indican que, ya a los cuatro meses de vida, el estar expuesto a más de una lengua influye en el desarrollo neurológico de los bebés.
Exponer a los bebés a más de un idioma desde pequeños influye en su desarrollo neuronal y facilita el desarrollo de ambos idiomas. En sus primeros meses de vida Nora ha estado expuesta tanto al español como al inglés, por lo que es muy probable que su cerebro se haya visto influido por estas experiencias y haya empezado a adaptarse al bilingüismo.
En un nuevo estudio en el que investigaron el procesamiento neuronal y la influencia del bilingüismo en el desarrollo del lenguaje (Blanco et al., 2024), han visto que a los cuatro meses de edad los bebés bilingües tienen estructuras neuronales distintas que los bebés monolingües. En concreto, los bebés bilingües tienen ciertas áreas del cerebro más activas al procesar el lenguaje, y esta activación ocurre en ambos lados del cerebro. En contraste, los bebés monolingües tienen el lenguaje más lateralizado en la zona izquierda. Estos resultados indican que, ya a los cuatro meses de vida, el estar expuesto a más de una lengua influye en el desarrollo neurológico de los bebés.
Exponer a los bebés a más de un idioma desde pequeños influye en su desarrollo neuronal y facilita el desarrollo de ambos idiomas. En sus primeros meses de vida Nora ha estado expuesta tanto al español como al inglés, por lo que es muy probable que su cerebro se haya visto influido por estas experiencias y haya empezado a adaptarse al bilingüismo.
sábado, 1 de junio de 2024
¿Cómo influye la música en el desarrollo del lenguaje?
A Nora le encanta la música. Cuando Dave se pone a tocar el piano se queda extasiada escuchando. Además del placer que da la música, el procesamiento auditivo de los niños se desarrolla al estar expuestos al ritmo de las canciones. Desarrollar el sistema auditivo a través de la música puede ser muy positivo para la adquisición del lenguaje.
Desde que nacen, los bebés son capaces de procesar música. Se ha visto que los recién nacidos perciben el ritmo de las canciones y se sorprenden cuando cambia (Winkler et al., 2009). La parte del cerebro dedicada a la percepción de los sonidos se utiliza tanto para procesar música como lenguaje. Las zonas del cerebro que se activan cuando los bebés escuchan música están relacionadas con las zonas que se activan al procesar el lenguaje (Kotilahti et al., 2010). La diferencia es que con la música se activan ambos lados del cerebro de forma simétrica, mientras que al procesar el lenguaje los bebés tienden a activar más la zona izquierda (Dehaene-Lambertz et al., 2010).
Desarrollar el procesamiento auditivo a través de la música es positivo para los bebés. La capacidad para procesar sonidos es muy importante para desarrollar el lenguaje. A Nora le va a venir muy bien que Dave le toque el piano, tanto para disfrutar de la música como para desarrollar su capacidad de percibir sonidos.
Desde que nacen, los bebés son capaces de procesar música. Se ha visto que los recién nacidos perciben el ritmo de las canciones y se sorprenden cuando cambia (Winkler et al., 2009). La parte del cerebro dedicada a la percepción de los sonidos se utiliza tanto para procesar música como lenguaje. Las zonas del cerebro que se activan cuando los bebés escuchan música están relacionadas con las zonas que se activan al procesar el lenguaje (Kotilahti et al., 2010). La diferencia es que con la música se activan ambos lados del cerebro de forma simétrica, mientras que al procesar el lenguaje los bebés tienden a activar más la zona izquierda (Dehaene-Lambertz et al., 2010).
Desarrollar el procesamiento auditivo a través de la música es positivo para los bebés. La capacidad para procesar sonidos es muy importante para desarrollar el lenguaje. A Nora le va a venir muy bien que Dave le toque el piano, tanto para disfrutar de la música como para desarrollar su capacidad de percibir sonidos.
miércoles, 1 de mayo de 2024
¿Cómo leen los niños bilingües?
Al leer en tu lengua nativa la forma en la que se pronuncian las palabras se activa de forma muy rápida. Esta conexión entre las letras y los sonidos es automática en los lectores expertos. Sin embargo, al leer en una segunda lengua (por ejemplo, en inglés) mucha gente reconoce cómo se escriben las palabras sin saber cómo se pronuncian.
En un artículo que acabamos de publicar (Incera et al., 2024) observamos que los niños bilingües estadounidenses (inglés / español) y los niños bilingües españoles (español / inglés) se fijan en diferentes aspectos del texto a la hora de leer. Al leer en inglés, los niños bilingües estadounidenses activan el sonido de las palabras (la fonología) mientras que los niños bilingües españoles se centran en cómo están escritas las palabras (la ortografía). Los dos grupos son capaces de leer y entender lo que pone, pero utilizan estrategias diferentes; los niños estadounidenses activan los sonidos mientras que los niños españoles se fijan en las letras.
Incluso los niños españoles con un nivel oral alto (los que van a un colegio bilingüe) tienen mucho menos automatizada la relación entre el sonido y las letras de las palabras en inglés. Aunque sean capaces de entender lo que leen, no activan la forma en la que se pronuncian las palabras de forma tan automática como cuando leen en español.
En un artículo que acabamos de publicar (Incera et al., 2024) observamos que los niños bilingües estadounidenses (inglés / español) y los niños bilingües españoles (español / inglés) se fijan en diferentes aspectos del texto a la hora de leer. Al leer en inglés, los niños bilingües estadounidenses activan el sonido de las palabras (la fonología) mientras que los niños bilingües españoles se centran en cómo están escritas las palabras (la ortografía). Los dos grupos son capaces de leer y entender lo que pone, pero utilizan estrategias diferentes; los niños estadounidenses activan los sonidos mientras que los niños españoles se fijan en las letras.
Incluso los niños españoles con un nivel oral alto (los que van a un colegio bilingüe) tienen mucho menos automatizada la relación entre el sonido y las letras de las palabras en inglés. Aunque sean capaces de entender lo que leen, no activan la forma en la que se pronuncian las palabras de forma tan automática como cuando leen en español.
lunes, 1 de abril de 2024
¿Son los recién nacidos capaces de distinguir emociones en el tono de voz?
Los bebés son muy sensibles a la entonación de las palabras. Nora es muy pequeña para entender el significado de las palabras, pero es sensible al tono de voz que usamos y a la emoción que transmitimos. ¿A qué edad son los bebés capaces de distinguir emociones en el tono de voz?
Los recién nacidos (de 1 a 5 días de edad) son capaces de distinguir entre las palabras dichas en tono neutro y las dichas con tono de felicidad, miedo, o enfado (Cheng et al., 2012). Desde los primeros días de vida, los bebés son capaces de distinguir emociones en el tono de voz. De hecho, los bebés prestan atención durante más tiempo a las palabras con entonación emocional (feliz, triste, de enfado) que a las palabras neutras (Kao et al., 2022). Al comparar las distintas emociones, los bebés se fijan mucho en las palabras alegres, y también se fijan bastante en las palabras tristes. Sin embargo, se fijan menos en las palabras con tono de enfado. Desde muy temprana edad, las emociones aumentan la capacidad de los bebés de procesar voces. De hecho, los bebés son capaces de percibir las emociones negativas en la voz bastante antes que en la expresión de la cara (Grossmann, 2010).
Las emociones ayudan a los recién nacidos a procesar el lenguaje. Desde que nacen, los bebés están predispuestos a prestar más atención a las palabras emocionales. Nora es capaz de percibir cuando le hablas con una entonación alegre o triste, y presta más atención que si el tono de voz es neutro.
Los recién nacidos (de 1 a 5 días de edad) son capaces de distinguir entre las palabras dichas en tono neutro y las dichas con tono de felicidad, miedo, o enfado (Cheng et al., 2012). Desde los primeros días de vida, los bebés son capaces de distinguir emociones en el tono de voz. De hecho, los bebés prestan atención durante más tiempo a las palabras con entonación emocional (feliz, triste, de enfado) que a las palabras neutras (Kao et al., 2022). Al comparar las distintas emociones, los bebés se fijan mucho en las palabras alegres, y también se fijan bastante en las palabras tristes. Sin embargo, se fijan menos en las palabras con tono de enfado. Desde muy temprana edad, las emociones aumentan la capacidad de los bebés de procesar voces. De hecho, los bebés son capaces de percibir las emociones negativas en la voz bastante antes que en la expresión de la cara (Grossmann, 2010).
Las emociones ayudan a los recién nacidos a procesar el lenguaje. Desde que nacen, los bebés están predispuestos a prestar más atención a las palabras emocionales. Nora es capaz de percibir cuando le hablas con una entonación alegre o triste, y presta más atención que si el tono de voz es neutro.
viernes, 1 de marzo de 2024
¿Qué aspectos del lenguaje son capaces de percibir los recién nacidos?
El lenguaje es muy importante para el desarrollo humano. Aun así, tienen que pasar varios años hasta que los niños son capaces de mantener una conversación. A Dave le preocupa no poder comunicarse con Nora mientras sea un bebé. ¿Qué son capaces de entender los recién nacidos?
Los recién nacidos son capaces de distinguir entre el idioma con el que están familiarizados y aquellos que no conocen (Ramus et al., 2000). De hecho, los sonidos, la entonación, y el ritmo del idioma son aspectos muy relevantes que permiten a los recién nacidos entender lo que ocurre (Ramus, 2002). Incluso cuando los idiomas tienen una entonación similar (por ejemplo, Español y Catalán) a los dos meses de edad los bebés, tanto bilingües como monolingües, son capaces de distinguir entre estos idiomas (Bosch & Sebastián-Gallés, 2001). Estos resultados ponen de manifiesto la importancia de la prosodia (el acento, los fonemas, el ritmo, y el tono) a la hora de interactuar con recién nacidos. Aunque no entiendan el contenido de las palabras, son muy sensibles al tono con el que se dicen las cosas.
En conclusión, un aspecto muy importante al interactuar con bebés es la entonación. Ya le he dicho a Dave que se centre más en cómo dice las cosas (en el tono) que en las palabras que usa. Desde muy pequeña Nora va a ser capaz de entender el ritmo y la emoción del lenguaje.
Los recién nacidos son capaces de distinguir entre el idioma con el que están familiarizados y aquellos que no conocen (Ramus et al., 2000). De hecho, los sonidos, la entonación, y el ritmo del idioma son aspectos muy relevantes que permiten a los recién nacidos entender lo que ocurre (Ramus, 2002). Incluso cuando los idiomas tienen una entonación similar (por ejemplo, Español y Catalán) a los dos meses de edad los bebés, tanto bilingües como monolingües, son capaces de distinguir entre estos idiomas (Bosch & Sebastián-Gallés, 2001). Estos resultados ponen de manifiesto la importancia de la prosodia (el acento, los fonemas, el ritmo, y el tono) a la hora de interactuar con recién nacidos. Aunque no entiendan el contenido de las palabras, son muy sensibles al tono con el que se dicen las cosas.
En conclusión, un aspecto muy importante al interactuar con bebés es la entonación. Ya le he dicho a Dave que se centre más en cómo dice las cosas (en el tono) que en las palabras que usa. Desde muy pequeña Nora va a ser capaz de entender el ritmo y la emoción del lenguaje.
jueves, 1 de febrero de 2024
¿Influye la alimentación de la madre durante el embarazo en el desarrollo lingüístico del bebé?
Cuando estas embarazada todo el mundo te dice lo que tienes y no tienes que comer. Hay muchas recomendaciones sobre los alimentos más beneficiosos para potenciar la salud de la madre. Aunque sea un poco frustrante, tener una alimentación nutritiva durante el embarazo puede mejorar el desarrollo lingüístico del bebé.
En un estudio con más de 11000 mujeres, en las que se evaluó a sus hijos desde los 6 meses hasta los 8 años, se vio que las que consumen más pescado durante el embarazo (más de 340 gramos a la semana) tienen hijos con habilidades lingüísticas más altas (Hibbeln et al., 2007). El yodo es un mineral que se absorbe de la comida: de productos lácteos, huevos, mariscos, manzanas, fresas, frambuesas, y sal yodada. En un estudio longitudinal se observó que la deficiencia de yodo en el embarazo puede resultar en dificultades lingüísticas tanto de lectura como de escritura a los 8 años (Abel et al., 2018). La Vitamina D (que se absorbe en gran medida del sol) también influye en el desarrollo lingüístico. Se ha observado que el porcentaje de niños con problemas del lenguaje a los 5 y a los 10 años es el doble cuando las madres tienen deficits de vitamina D durante el embarazo (Whitehouse et al., 2012). Como mencioné en el blog sobre actividad física, estos resultados son correlacionales por lo que es posible que haya factores asociados a la calidad de vida de la madre que influyan tanto en lo saludable de su dieta como en la habilidad verbal de sus hijos.
Aunque sin agobiarse, es buena idea tener un cuidado especial con la alimentación durante los meses de embarazo. Además de tomar las vitaminas prenatales, es importante estar expuesta al sol, y comer pescado, fruta, y verdura. Todo esto es necesario para tener una alimentación saludable que potencie el desarrollo lingüístico del bebé.
En un estudio con más de 11000 mujeres, en las que se evaluó a sus hijos desde los 6 meses hasta los 8 años, se vio que las que consumen más pescado durante el embarazo (más de 340 gramos a la semana) tienen hijos con habilidades lingüísticas más altas (Hibbeln et al., 2007). El yodo es un mineral que se absorbe de la comida: de productos lácteos, huevos, mariscos, manzanas, fresas, frambuesas, y sal yodada. En un estudio longitudinal se observó que la deficiencia de yodo en el embarazo puede resultar en dificultades lingüísticas tanto de lectura como de escritura a los 8 años (Abel et al., 2018). La Vitamina D (que se absorbe en gran medida del sol) también influye en el desarrollo lingüístico. Se ha observado que el porcentaje de niños con problemas del lenguaje a los 5 y a los 10 años es el doble cuando las madres tienen deficits de vitamina D durante el embarazo (Whitehouse et al., 2012). Como mencioné en el blog sobre actividad física, estos resultados son correlacionales por lo que es posible que haya factores asociados a la calidad de vida de la madre que influyan tanto en lo saludable de su dieta como en la habilidad verbal de sus hijos.
Aunque sin agobiarse, es buena idea tener un cuidado especial con la alimentación durante los meses de embarazo. Además de tomar las vitaminas prenatales, es importante estar expuesta al sol, y comer pescado, fruta, y verdura. Todo esto es necesario para tener una alimentación saludable que potencie el desarrollo lingüístico del bebé.
lunes, 1 de enero de 2024
¿Influye la actividad física de la madre durante el embarazo en el desarrollo lingüístico del bebé?
Durante el embarazo sigo yendo al gimnasio. Aunque no llevo el mismo ritmo que antes, las clases de aeróbic y yoga me ayudan a sentirme mucho mejor. Además de beneficios para la madre, se ha visto que la actividad física durante el embarazo puede ser positiva para el desarrollo lingüístico del bebé.
En un meta-análisis (un estudio en el que se resumen varios estudios) se concluyó que la actividad física de la madre durante el embarazo tiene una influencia positiva en el desarrollo del lenguaje del bebé en los primeros 18 meses de vida (Niño et al., 2018). Además, en un estudio longitudinal con más de 4000 mujeres (Jukic et al., 2013) se vio que a los 8 años la capacidad verbal de los hijos de mujeres más activas es bastante mayor que la de los niños de mujeres con embarazos más sedentarios. Aunque estos resultados apoyan la idea de que el ejercicio físico durante el embarazo es positivo para el desarrollo lingüístico de los hijos, hay que tener en cuenta que estos estudios son correlacionales. En una investigación con mujeres Latinas, se vio que las mujeres con más probabilidades de tener un nivel alto de actividad física durante el embarazo son aquellas con más actividad física antes del embarazo, más mayores, con educación universitaria, alto nivel económico, y menos niños (Chasan-Taber, et al., 2007). Es posible que factores relacionados con la calidad de vida permitan a ciertas mujeres tener más actividad física durante el embarazo, y puede que estos mismos factores aumenten la probabilidad de que sus hijos tengan capacidades lingüísticas más altas.
Mientras me siga encontrando bien, voy a seguir yendo al gimnasio. Seguir una rutina me viene muy bien para la espalda y siempre me siento con mucha más energía después de ir. Si además puede que ayude a Nora a desarrollar sus habilidades lingüísticas, no se puede pedir más.
En un meta-análisis (un estudio en el que se resumen varios estudios) se concluyó que la actividad física de la madre durante el embarazo tiene una influencia positiva en el desarrollo del lenguaje del bebé en los primeros 18 meses de vida (Niño et al., 2018). Además, en un estudio longitudinal con más de 4000 mujeres (Jukic et al., 2013) se vio que a los 8 años la capacidad verbal de los hijos de mujeres más activas es bastante mayor que la de los niños de mujeres con embarazos más sedentarios. Aunque estos resultados apoyan la idea de que el ejercicio físico durante el embarazo es positivo para el desarrollo lingüístico de los hijos, hay que tener en cuenta que estos estudios son correlacionales. En una investigación con mujeres Latinas, se vio que las mujeres con más probabilidades de tener un nivel alto de actividad física durante el embarazo son aquellas con más actividad física antes del embarazo, más mayores, con educación universitaria, alto nivel económico, y menos niños (Chasan-Taber, et al., 2007). Es posible que factores relacionados con la calidad de vida permitan a ciertas mujeres tener más actividad física durante el embarazo, y puede que estos mismos factores aumenten la probabilidad de que sus hijos tengan capacidades lingüísticas más altas.
Mientras me siga encontrando bien, voy a seguir yendo al gimnasio. Seguir una rutina me viene muy bien para la espalda y siempre me siento con mucha más energía después de ir. Si además puede que ayude a Nora a desarrollar sus habilidades lingüísticas, no se puede pedir más.
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Datos personales
- Sara Incera
- Sara Incera obtuvo la Licenciatura en Psicología en la Universidad de Salamanca, el Doctorado en Psicología en la Cleveland State University, y actualmente reside en Lexington (EEUU) donde trabaja como profesora universitaria en la Eastern Kentucky University.
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