El otro
día Dave estaba jugando a Red Dead Redemption II, un videojuego situado en el
oeste americano. Tenía los subtítulos puestos y cada poco veía aparecer la
palabra "buckaroo", una palabra que ya había oído antes porque es el apodo
cariñoso con el que le llamaba su abuelo de pequeño; sin embargo, nunca la había
visto por escrito. Como a Dave le gusta mucho saber el origen de las palabras, en
seguida se puso a investigar sobre préstamos
lingüísticos.
Un préstamo lingüístico (o léxico) es una palabra originaria
de una lengua que se usa en otra. Los préstamos lingüísticos están asociados al
contacto entre culturas; la comunicación entre lenguas da lugar a
palabras prestadas que se importan de un idioma a otro (Hoffer, 2005). Con el auge de internet, el inglés americano se
ha convertido en una gran fuente de palabras prestadas, sobre todo de términos
informáticos (Morin, 2006). Lo curioso es que las
palabras prestadas no suelen sonar igual en todas las lenguas. Por ejemplo, la
palabra WIFI se pronuncia / wɪ fɪ / en inglés (un español lo escribiría
“guaifai”) pero en español se pronuncia con la “i” española / 'wi fi /. La estructura del lenguaje también marca el tipo
de palabras que se suelen prestar con más frecuencia, los préstamos
lingüísticos se dan más en nombres que en verbos (Marian & Kaushanskaya, 2007).
Como
buckaroo es una palabra bastante única, al principio Dave pensó que debía venir
de alguna lengua de los nativos americanos. Sin embargo, cuando la buscó en
internet se dio cuenta de que viene del español. Resulta que la palabra
"buckaroo" / bʌ kæ ru / es la pronunciación americana de la palabra “vaquero"
/ ba 'ke ro /. En el oeste americano hubo mucha comunicación entre el inglés y el español; algunos eligieron ser cowboys
y otros buckaroos (pronunciado “bucarus”).