Desde los años 80, investigadores interesados en entender cómo los niños bilingües aprenden a escribir han observado que (aunque los sonidos de la lengua materna pueden influir en la escritura de una segunda lengua) la mayoría de los niños son capaces de distinguir entre sus dos idiomas (Zutell & Allen, 1988). En preescolar, los niños bilingües no cometen errores al escribir sonidos que sólo pertenecen a uno de sus idiomas; sin embargo, sí que cometen algún error con sonidos que se escriben de forma distinta en cada idioma (Raynolds & Uhry, 2009). Es importante recalcar que en niños pequeños la influencia del español no afecta mucho a su escritura en inglés, y que a partir de cuarto (9-10 años) esta influencia desaparece por completo (Howard et al., 2012).
Aunque no he encontrado ningún artículo en el que monolingües tengan que leer palabras en otro idioma, mi experiencia buscando nombres de bebé me ha enseñado que no puede ser fácil. Es muy probable que aquellos que solo tienen conocimiento de un idioma lo utilicen para leer, independientemente del idioma en que este escrito el texto. En nuestro caso, mandar a mis padres (nativos españoles) nombres ingleses, y mandar a los padres de Dave (nativos americanos) nombres españoles, y pedirles que los pronuncien (o decirles un nombre y pedirles que lo escriban) ha sido toda una aventura. En este sentido, el español y el inglés no tienen mucho que ver.
Después de mucho pensar hemos elegido Nora, que se escribe y se pronuncia prácticamente igual en los dos idiomas. Menos mal que ha sido niña porque la verdad es que de niño no teníamos ningún nombre que nos gustara y cumpliera estas características.