En un estudio que acabamos de publicar (Hairston-Dotson & Incera, 2022) hemos descubierto que los alumnos universitarios saben lo que tienen que hacer (aplicar la información) pero aun así no lo hacen (la mayoría leen por encima cuando tienen que estudiar). En un estudio previo (Sutherland & Incera, 2021) vimos que los profesores universitarios consideran que poder aplicar la información es mucho más útil que ser capaz de revisar o anotar el texto. Los alumnos universitarios están de acuerdo en que saber usar la información del texto tiene más utilidad. Sin embargo, cuando les preguntamos cómo leen cuando hacen los deberes, la mayoría simplemente echan un vistazo al texto o revisan sus apuntes.
Para que los alumnos universitarios lean de forma más aplicada es importante crear un contexto educativo en el que tengan que utilizar la información del texto para resolver problemas. Si los profesores creamos actividades que se pueden completar con un entendimiento superficial del texto, es poco probable que los alumnos hagan el esfuerzo de leer de forma más activa. Ser capaz de aplicar la información que lees para resolver problemas es una habilidad esencial que todos los estudiantes deberían desarrollar. Es importante considerar qué actividades tienen más probabilidad de conseguir que los alumnos lean de forma activa.