En un estudio muy interesante Seymour y sus colaboradores (2003) descubrieron que los niños de la mayoría de los países europeos son capaces de leer a un nivel básico antes de acabar el primer año de colegio. Sin embargo, los niños que aprenden a leer en inglés tardan más tiempo que los niños que aprenden a leer en otras lenguas en alcanzar ese nivel. Esta diferencia se debe a características del idioma, como la complejidad silábica (el inglés tiene sílabas con más letras) y la falta de transparencia (el inglés tiene varias formas de escribir los mismos sonidos). Las lenguas opacas, aquellas en las que un sonido (fonema) no se corresponde con una única letra (grafema), dificultan la lectura.
En español la ortografía es bastante transparente y casi todas las palabras se escriben como suenan. Por eso los famosos concursos de deletreo americanos (Spelling Bee) no tienen mucho sentido en español. En los idiomas transparentes la mayoría de las palabras se escriben por el sonido y no hay que memorizarlas. Aunque normalmente no se puede elegir el idioma en el que uno aprende a leer, cuando es posible elegir puede ser útil empezar por un idioma transparente.