Los morfemas son las unidades más pequeñas con significado. Los prefijos, infijos, o sufijos son morfemas que sirven para formar palabras derivadas. Al estudiar cómo los morfemas influyen en los que están aprendiendo una segunda lengua, se ha descubierto que los que tienen menos nivel se fijan más en los morfemas que los que entienden mejor el idioma (Casalis, Commissaire, & Duncan, 2014). Al reconocer palabras en tu lengua nativa sueles procesar la palabra entera más rápido que los morfemas que la componen (Giraudo & Orihuela, 2015). Sin embargo, también se ha visto que tanto los monolingües como los bilingües procesan los morfemas al reconocer palabras. Cuando los morfemas son parecidos en los dos idiomas, los bilingües se benefician de la situación y los procesan más rápido (Comesaña et al., 2018).
Aunque las palabras amor y amante tienen la misma raíz, las connotaciones de lo que significan en el contexto de una pareja son bastante distintas. Habría sido un bombazo si Dave me llega a llamar “su amante” en frente de toda mi familia, aunque conociéndolos es probable que les hubiera hecho gracia. Utilizar la raíz de una palabra para entender su significado suele ser razonable, pero hay que tener cuidado porque a veces el significado cambia de forma radical.