En un experimento en la Universidad de Wisconsin los participantes tenían que juzgar si ciertas frases requerían un movimiento hacia sí mismos (“abre el cajón”) o hacia afuera (“cierra el cajón”). Para contestar los participantes tenían que apretar un botón cercano a su cuerpo o un botón alejado de su cuerpo. Cuando la frase y la posición del botón coincidían (cuando veas frases que requieran una acción hacia ti mismo aprieta el botón más cercano a tu cuerpo), los participantes respondían mucho más rápido que cuando las frases y la posición del botón no coincidían (cuando veas frases que requieran una acción hacia ti mismo aprieta el botón más alejado tu cuerpo). El “efecto de compatibilidad de acción-frase” demuestra que el lenguaje y el movimiento del cuerpo están mucho mas conectados de lo que previamente se pensaba (Glenber & Kaschak, 2002).*
Aunque hace tiempo que no me pierdo en clase de Zumba, cuando la letra de la canción y el baile no coinciden me lio fijo. Si oigo “hacia arriba” yo voy para arriba, da igual lo que el resto de la clase este haciendo. Según la teoría de la cognición corporizada (embodied cognition) los seres humanos pensamos con el cuerpo entero. Debería ir haciéndome a la idea de que cuando la canción da instrucciones que nadie más entiende es probable que me haga un solo.
*(11/19/18) Es importante tener cuidado a la hora de interpretar esta información porque en un meta-análisis presentado en la conferencia Psychonomics (2018) no pudieron replicar este resultado.