Acabamos de empezar un nuevo semestre y mi calendario ya está lleno de reuniones. Una nueva opción en el calendario es que ahora puedes determinar si la reunión es en persona o no. Además, los participantes pueden responder si van a atender en persona o si necesitan un enlace.
Para decidir si hacer la reunión en persona o de forma virtual hay que considerar los pros y contras de cada opción. Por un lado, las reuniones online incrementan la flexibilidad ya que los participantes pueden conectarse desde cualquier lugar. Por otro, la calidad de la comunicación (en concreto de la comunicación no verbal) se puede ver comprometida en las reuniones virtuales. En un estudio de la época de la pandemia, preguntaron a la gente lo que más echaban de menos de sus conversaciones presenciales y descubrieron que las interacciones espontáneas y la proximidad física son elementos muy importantes (Gruber et al., 2022). Además, en un estudio con participantes que buscaban una relación romántica, se vio que un mayor intercambio de información no verbal (incluir un avatar que se mueve y parpadea) conlleva a una percepción más positiva de la otra persona y a un mayor deseo de empezar una relación (Kotlyar & Ariely, 2013). Estos resultados indican que la comunicación no verbal es importante pero difícil de recrear en contextos virtuales (al menos con la tecnología actual).
En mi opinión, si la reunión es informativa y no tiene mucha trascendencia está bien hacerla online (igual hasta se podría convertir en un email). Sin embargo, si en una reunión se van a tomar decisiones importantes y los participantes tienen que estar involucrados, yo recomendaría hacerla en persona.
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martes, 1 de octubre de 2024
domingo, 1 de septiembre de 2024
¿Cómo influye el lenguaje en la forma de llorar de los bebés?
Con solo cinco meses he llevado a Nora a España. En el viaje no ha llorado casi nada, lo que ha sido una suerte porque escuchar a un bebé llorar (sobre todo en un avión donde no tienes escapatoria) puede ser una experiencia muy estresante. El llanto de los bebés tiene una función de comunicación muy importante, y es una de las bases fundamentales del desarrollo del lenguaje.
En un estudio muy interesante en el que compararon a 30 niños franceses y 30 niños alemanes, descubrieron que la forma de llorar (en concreto la melodía o entonación del llanto) está influida por la lengua materna de los niños (Mampe et al., 2009). Lo mismo vieron al comparar a recién nacidos suecos y alemanes, el acento de la lengua materna influye en la forma de llorar de los bebés (Prochnow et al., 2017). Durante los primeros seis meses de vida, los sonidos que hacen los bebés se van volviendo cada vez más complejos (Wermke et al., 2021), lo cual sienta las bases del desarrollo del lenguaje.
Aunque al principio cuesta entender lo que significa el llanto de un bebé (hambre, sueño, ...) cuanto más tiempo pasas con tu bebé más fácil es entender por qué llora. Aunque aún no dice ninguna palabra, Nora es capaz de comunicar lo que quiere de forma muy eficaz. Es curioso pensar que los sonidos que hace están influidos por los idiomas a los que está expuesta.
En un estudio muy interesante en el que compararon a 30 niños franceses y 30 niños alemanes, descubrieron que la forma de llorar (en concreto la melodía o entonación del llanto) está influida por la lengua materna de los niños (Mampe et al., 2009). Lo mismo vieron al comparar a recién nacidos suecos y alemanes, el acento de la lengua materna influye en la forma de llorar de los bebés (Prochnow et al., 2017). Durante los primeros seis meses de vida, los sonidos que hacen los bebés se van volviendo cada vez más complejos (Wermke et al., 2021), lo cual sienta las bases del desarrollo del lenguaje.
Aunque al principio cuesta entender lo que significa el llanto de un bebé (hambre, sueño, ...) cuanto más tiempo pasas con tu bebé más fácil es entender por qué llora. Aunque aún no dice ninguna palabra, Nora es capaz de comunicar lo que quiere de forma muy eficaz. Es curioso pensar que los sonidos que hace están influidos por los idiomas a los que está expuesta.
jueves, 1 de agosto de 2024
¿Cómo expresar mejor un argumento?
Cuando quieres convencer a alguien de algo, es importante usar las palabras adecuadas. En la vida cotidiana es muy común usar frases negativas (no está mal) pero esta manera de expresarse se percibe de forma más neutra que si utilizamos frases positivas (está bien).
En un artículo que acabamos de publicar (Golshaie, Incera, & Ghaffarzadeh, 2024) investigamos hasta qué punto la gente percibe los antónimos y las negaciones de forma distinta. El objetivo era descubrir si utilizar una palabra (es barato) o negar su antónimo (no es caro) cambia la percepción de la realidad de los que reciben el mensaje. En una serie de experimentos observamos que la negación de una palabra (no está frío) se percibe de forma más neutra (está templado) que el uso de su antónimo (está caliente). Estos efectos son más pronunciados en antónimos graduales (“no es blanco” se percibe más cerca de gris que de negro) pero también surgen en antónimos complementarios (“no está encendido” se percibe de forma distinta que "está apagado"). Hay circunstancias en las que usar la expresión negativa puede ser útil para suavizar la situación pero, si el objetivo es expresarse de forma clara, las expresiones positivas son más efectivas. En vez de negar una palabra, usar su antónimo es una forma más convincente de expresar un argumento.
Estas ideas también se han aplicado a la disciplina infantil. Es mejor decirle a un niño lo que tiene que hacer (trata bien a tus amigos) que negar lo que no debería hacer (no pegues a tus amigos). Hablar en positivo ayuda a expresar las ideas de forma más clara y a mejorar los argumentos.
En un artículo que acabamos de publicar (Golshaie, Incera, & Ghaffarzadeh, 2024) investigamos hasta qué punto la gente percibe los antónimos y las negaciones de forma distinta. El objetivo era descubrir si utilizar una palabra (es barato) o negar su antónimo (no es caro) cambia la percepción de la realidad de los que reciben el mensaje. En una serie de experimentos observamos que la negación de una palabra (no está frío) se percibe de forma más neutra (está templado) que el uso de su antónimo (está caliente). Estos efectos son más pronunciados en antónimos graduales (“no es blanco” se percibe más cerca de gris que de negro) pero también surgen en antónimos complementarios (“no está encendido” se percibe de forma distinta que "está apagado"). Hay circunstancias en las que usar la expresión negativa puede ser útil para suavizar la situación pero, si el objetivo es expresarse de forma clara, las expresiones positivas son más efectivas. En vez de negar una palabra, usar su antónimo es una forma más convincente de expresar un argumento.
Estas ideas también se han aplicado a la disciplina infantil. Es mejor decirle a un niño lo que tiene que hacer (trata bien a tus amigos) que negar lo que no debería hacer (no pegues a tus amigos). Hablar en positivo ayuda a expresar las ideas de forma más clara y a mejorar los argumentos.
lunes, 1 de julio de 2024
¿Qué pasa en el cerebro de los bebés bilingües a los 4 meses?
Nora acaba de cumplir cuatro meses. Desde que nació, los padres de Dave (que hablan inglés) y mis padres (que hablan español) han pasado varias semanas con nosotros. Aunque al vivir en Estados Unidos es algo más difícil exponer a Nora al español, nuestro objetivo es hacerlo lo más posible para que sea capaz de comunicarse con todos sus abuelos.
En un nuevo estudio en el que investigaron el procesamiento neuronal y la influencia del bilingüismo en el desarrollo del lenguaje (Blanco et al., 2024), han visto que a los cuatro meses de edad los bebés bilingües tienen estructuras neuronales distintas que los bebés monolingües. En concreto, los bebés bilingües tienen ciertas áreas del cerebro más activas al procesar el lenguaje, y esta activación ocurre en ambos lados del cerebro. En contraste, los bebés monolingües tienen el lenguaje más lateralizado en la zona izquierda. Estos resultados indican que, ya a los cuatro meses de vida, el estar expuesto a más de una lengua influye en el desarrollo neurológico de los bebés.
Exponer a los bebés a más de un idioma desde pequeños influye en su desarrollo neuronal y facilita el desarrollo de ambos idiomas. En sus primeros meses de vida Nora ha estado expuesta tanto al español como al inglés, por lo que es muy probable que su cerebro se haya visto influido por estas experiencias y haya empezado a adaptarse al bilingüismo.
En un nuevo estudio en el que investigaron el procesamiento neuronal y la influencia del bilingüismo en el desarrollo del lenguaje (Blanco et al., 2024), han visto que a los cuatro meses de edad los bebés bilingües tienen estructuras neuronales distintas que los bebés monolingües. En concreto, los bebés bilingües tienen ciertas áreas del cerebro más activas al procesar el lenguaje, y esta activación ocurre en ambos lados del cerebro. En contraste, los bebés monolingües tienen el lenguaje más lateralizado en la zona izquierda. Estos resultados indican que, ya a los cuatro meses de vida, el estar expuesto a más de una lengua influye en el desarrollo neurológico de los bebés.
Exponer a los bebés a más de un idioma desde pequeños influye en su desarrollo neuronal y facilita el desarrollo de ambos idiomas. En sus primeros meses de vida Nora ha estado expuesta tanto al español como al inglés, por lo que es muy probable que su cerebro se haya visto influido por estas experiencias y haya empezado a adaptarse al bilingüismo.
sábado, 1 de junio de 2024
¿Cómo influye la música en el desarrollo del lenguaje?
A Nora le encanta la música. Cuando Dave se pone a tocar el piano se queda extasiada escuchando. Además del placer que da la música, el procesamiento auditivo de los niños se desarrolla al estar expuestos al ritmo de las canciones. Desarrollar el sistema auditivo a través de la música puede ser muy positivo para la adquisición del lenguaje.
Desde que nacen, los bebés son capaces de procesar música. Se ha visto que los recién nacidos perciben el ritmo de las canciones y se sorprenden cuando cambia (Winkler et al., 2009). La parte del cerebro dedicada a la percepción de los sonidos se utiliza tanto para procesar música como lenguaje. Las zonas del cerebro que se activan cuando los bebés escuchan música están relacionadas con las zonas que se activan al procesar el lenguaje (Kotilahti et al., 2010). La diferencia es que con la música se activan ambos lados del cerebro de forma simétrica, mientras que al procesar el lenguaje los bebés tienden a activar más la zona izquierda (Dehaene-Lambertz et al., 2010).
Desarrollar el procesamiento auditivo a través de la música es positivo para los bebés. La capacidad para procesar sonidos es muy importante para desarrollar el lenguaje. A Nora le va a venir muy bien que Dave le toque el piano, tanto para disfrutar de la música como para desarrollar su capacidad de percibir sonidos.
Desde que nacen, los bebés son capaces de procesar música. Se ha visto que los recién nacidos perciben el ritmo de las canciones y se sorprenden cuando cambia (Winkler et al., 2009). La parte del cerebro dedicada a la percepción de los sonidos se utiliza tanto para procesar música como lenguaje. Las zonas del cerebro que se activan cuando los bebés escuchan música están relacionadas con las zonas que se activan al procesar el lenguaje (Kotilahti et al., 2010). La diferencia es que con la música se activan ambos lados del cerebro de forma simétrica, mientras que al procesar el lenguaje los bebés tienden a activar más la zona izquierda (Dehaene-Lambertz et al., 2010).
Desarrollar el procesamiento auditivo a través de la música es positivo para los bebés. La capacidad para procesar sonidos es muy importante para desarrollar el lenguaje. A Nora le va a venir muy bien que Dave le toque el piano, tanto para disfrutar de la música como para desarrollar su capacidad de percibir sonidos.
miércoles, 1 de mayo de 2024
¿Cómo leen los niños bilingües?
Al leer en tu lengua nativa la forma en la que se pronuncian las palabras se activa de forma muy rápida. Esta conexión entre las letras y los sonidos es automática en los lectores expertos. Sin embargo, al leer en una segunda lengua (por ejemplo, en inglés) mucha gente reconoce cómo se escriben las palabras sin saber cómo se pronuncian.
En un artículo que acabamos de publicar (Incera et al., 2024) observamos que los niños bilingües estadounidenses (inglés / español) y los niños bilingües españoles (español / inglés) se fijan en diferentes aspectos del texto a la hora de leer. Al leer en inglés, los niños bilingües estadounidenses activan el sonido de las palabras (la fonología) mientras que los niños bilingües españoles se centran en cómo están escritas las palabras (la ortografía). Los dos grupos son capaces de leer y entender lo que pone, pero utilizan estrategias diferentes; los niños estadounidenses activan los sonidos mientras que los niños españoles se fijan en las letras.
Incluso los niños españoles con un nivel oral alto (los que van a un colegio bilingüe) tienen mucho menos automatizada la relación entre el sonido y las letras de las palabras en inglés. Aunque sean capaces de entender lo que leen, no activan la forma en la que se pronuncian las palabras de forma tan automática como cuando leen en español.
En un artículo que acabamos de publicar (Incera et al., 2024) observamos que los niños bilingües estadounidenses (inglés / español) y los niños bilingües españoles (español / inglés) se fijan en diferentes aspectos del texto a la hora de leer. Al leer en inglés, los niños bilingües estadounidenses activan el sonido de las palabras (la fonología) mientras que los niños bilingües españoles se centran en cómo están escritas las palabras (la ortografía). Los dos grupos son capaces de leer y entender lo que pone, pero utilizan estrategias diferentes; los niños estadounidenses activan los sonidos mientras que los niños españoles se fijan en las letras.
Incluso los niños españoles con un nivel oral alto (los que van a un colegio bilingüe) tienen mucho menos automatizada la relación entre el sonido y las letras de las palabras en inglés. Aunque sean capaces de entender lo que leen, no activan la forma en la que se pronuncian las palabras de forma tan automática como cuando leen en español.
lunes, 1 de abril de 2024
¿Son los recién nacidos capaces de distinguir emociones en el tono de voz?
Los bebés son muy sensibles a la entonación de las palabras. Nora es muy pequeña para entender el significado de las palabras, pero es sensible al tono de voz que usamos y a la emoción que transmitimos. ¿A qué edad son los bebés capaces de distinguir emociones en el tono de voz?
Los recién nacidos (de 1 a 5 días de edad) son capaces de distinguir entre las palabras dichas en tono neutro y las dichas con tono de felicidad, miedo, o enfado (Cheng et al., 2012). Desde los primeros días de vida, los bebés son capaces de distinguir emociones en el tono de voz. De hecho, los bebés prestan atención durante más tiempo a las palabras con entonación emocional (feliz, triste, de enfado) que a las palabras neutras (Kao et al., 2022). Al comparar las distintas emociones, los bebés se fijan mucho en las palabras alegres, y también se fijan bastante en las palabras tristes. Sin embargo, se fijan menos en las palabras con tono de enfado. Desde muy temprana edad, las emociones aumentan la capacidad de los bebés de procesar voces. De hecho, los bebés son capaces de percibir las emociones negativas en la voz bastante antes que en la expresión de la cara (Grossmann, 2010).
Las emociones ayudan a los recién nacidos a procesar el lenguaje. Desde que nacen, los bebés están predispuestos a prestar más atención a las palabras emocionales. Nora es capaz de percibir cuando le hablas con una entonación alegre o triste, y presta más atención que si el tono de voz es neutro.
Los recién nacidos (de 1 a 5 días de edad) son capaces de distinguir entre las palabras dichas en tono neutro y las dichas con tono de felicidad, miedo, o enfado (Cheng et al., 2012). Desde los primeros días de vida, los bebés son capaces de distinguir emociones en el tono de voz. De hecho, los bebés prestan atención durante más tiempo a las palabras con entonación emocional (feliz, triste, de enfado) que a las palabras neutras (Kao et al., 2022). Al comparar las distintas emociones, los bebés se fijan mucho en las palabras alegres, y también se fijan bastante en las palabras tristes. Sin embargo, se fijan menos en las palabras con tono de enfado. Desde muy temprana edad, las emociones aumentan la capacidad de los bebés de procesar voces. De hecho, los bebés son capaces de percibir las emociones negativas en la voz bastante antes que en la expresión de la cara (Grossmann, 2010).
Las emociones ayudan a los recién nacidos a procesar el lenguaje. Desde que nacen, los bebés están predispuestos a prestar más atención a las palabras emocionales. Nora es capaz de percibir cuando le hablas con una entonación alegre o triste, y presta más atención que si el tono de voz es neutro.
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Datos personales
- Sara Incera
- Sara Incera obtuvo la Licenciatura en Psicología en la Universidad de Salamanca, el Doctorado en Psicología en la Cleveland State University, y actualmente reside en Lexington (EEUU) donde trabaja como profesora universitaria en la Eastern Kentucky University.
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