Los que tienen afantasía se involucran menos emocionalmente con las historias que los que no la tienen (Abdelrahman et al., 2025). No ser capaz de visualizar la historia en tu mente reduce tu relación emocional con los personajes. Aunque la mayoría de la gente es capaz de disfrutar de la lectura, los que tienen más capacidad de visualización son los que más se abstraen y más disfrutan de lo que leen (Williams & Suggate, 2024). Aunque los procesos de lectura sean equivalentes (ambos grupos se fijan en las mismas palabras, tardan un tiempo parecido en leer cada párrafo, etc.) los que tienen afantasía no se sienten tan inmersos en la historia como los que no la tienen (Kawaguchi et al., 2025).
La experiencia subjetiva al leer de aquellos que tienen afantasía es distinta de la que tienen aquellos que son capaces de visualizar con la mente. Cuando la gente lee una historia suele imaginarse las escenas y los eventos en su cabeza. Sin embargo, no todo el mundo es capaz de ver imágenes con la mente. Los que no tienen esta capacidad se sienten menos conectados emocionalmente con la historia y disfrutan menos de la lectura.
Sara Incera, Ph.D.


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